A partir de la recorrida realizada por las reservas municipales sobre el rio Gualeguay, y de publicada mi visión sobre su aprovechamiento socioeconómico, he observado que existe la creencia de que estos tesoros deben permanecer ocultos para mantenerlos protegidos del daño del ser humano. Si así fuera, el mundo no tendría ni Pantanal, ni Tsavo, ni Yellowstone. Un problema cultural que nos atraviesa como sociedad pero que aún no es tarde para que sea corregido.

Anoche comenzó este toque de queda versión democrática y florecieron los mismos vicios de siempre, castigando a inocentes por pecadores. La fácil sigue imponiéndose por sobre la necesaria, a pesar de la gravedad de la situación.

Las autoridades políticas, sanitarias y de seguridad locales brindaron este martes por la mañana una conferencia de prensa sobre la situación sanitaria que les compete. Si bien Gualeguay21 no fue participado para la misma, lo observado en medios colegas solo alienta la incertidumbre y el temor, ya que no queda lugar para errores, y éstos comienzan a costar caros. 

De a poquito se nos ha ido este año, el cual nos ha producido tantas sensaciones encontradas. Yo creo que nadie sospechó por enero o febrero lo que sucedió en el mundo, y acá en Gualeguay, por supuesto. Fue el año en que aprendimos a vivir con distancia y barbijo, aquel que se ha llevado gente que, seguramente, en la noche de comienzo de 2021, nos falte. Entre ellos, Federico, que creo que dejó su huella tanto en lo personal como en lo político.

Cómo no despedir este año, si estamos presentes, a pesar de las grandes ausencias. Las más penosas y sentidas, las ausencias personales, de seres queridos. Las más reprochables, las institucionales y morales. Las ausencias de la verdad, de la dignidad, de la inteligencia y de la conciencia de pueblo y sociedad.

El año 2020 será recordado como un año particularmente especial, en el mundo ante la declaración de pandemia,  se adoptaron medidas inéditas, restricciones a nuestros movimientos, prohibiciones de actividades, etc. etc.

Somos turismo. Esta en nuestra escencia, corre en nuestras venas la pasión de los viajes, los carnavales, la playa, los amigos, las termas en familia. Tuvimos un año hasta el 19 de marzo, y otro desde aquel fatídico día. En este último, el turismo cumplió a rajatabla las recomendaciones de nuestros gobernantes. Los meses pasaron y en el camino cayeron grandes, chicos, perdimos amigos, y, por sobre todo, perdimos competidores, que son quienes enriquecen el sistema turístico. Pero sobrevivimos.

Gracias a Dios, en lo familiar no tuvimos personas enfermas de Covid19, aunque en lo instituciónal, en Bomberos Voluntarios Ceibas, hubo tres casos que surgieron fuera del ambito del cuartel, no pasando a mayores. Sí sufrimos pérdidas de amigos, como Federico Bogdan, Luis Esteban Martínez y Juan H. Paz, que dejan sentimientos  especiales en todo ámbito de la sociedad.

En unas horas termina el 2020 y aún no hice la lista de positivos, negativos y pendientes del año que se va, ni la de proyectos para el que viene. Hace un tiempo mi terapeuta me dijo que no concretaba muchas cosas porque una vez plasmado en el papel quedaba ahi y de algún modo lo sacaba de mi mente como si fuese una actividad tildada. Soy experta en listas, expertísima y no hice la de éste año ni la del año que entra. ¡Tan atípico todo! (que trillado resultó ese adjetivo el último tiempo).

"Un año difícil". Una frase trillada, pero no hay otra. La pandemia nos encontró orgullosamente poniéndole el hombro al país, como siempre, y, como siempre, esa labor de los trabajadores rurales no fue debidamente reconocida. A pesar de ser considerados esenciales para la economía del país, su aporte no se reflejó en las consideraciones de la patronal.

El Concejo Deliberante de Gualeguay ha tenido una intensa actividad durante todo el año con una producción legislativa importante. Para la democracia de la ciudad (porque en su mayoría las ordenanzas han salido por unanimidad), y para la vida cotidiana de los vecinos de Gualeguay.

Ante la Pandemia y 9 meses con las puertas cerradas de los clubes, transitamos horas, días, meses vacíos, y sin un alma. La realidad nos mantuvo alejado de esos lugares llenos de vida, de ocio, de recreación y diversión. Los clubes de la ciudad, sin importar el color, el deporte o actividad que brinden, cumplen una función social, imposible de sustituír. 

Jamás imaginé que el número de un año podía titular una nota. Mucho menos, que ese número, podía por sí mismo, generar miles de textos. Creo no errarle, si digo que, por muchas generaciones, la sola mención de esos cuatro dígitos, hablarán por si solos.

Ganadores y perdedores, la economía desde hace tiempo golpea a los Argentinos de una u otra forma de mas esta decirlo, pero muchos aprendieron a surfear en las olas turbulentas de los vaivenes económicos, otros los más débiles, revolcados y magullados, pero siempre quedan aquellos que no supieron o pudieron salir a flote y se ahogaron. 

Ya finalizando un año jamás pensado en nuestras vidas, un año que nos ha permitido reflexionar y replantearnos el día a día. Un año terrible para tantas personas, ya sea por la perdida de un ser querido, o por el caos laboral. Tantas personas que tienen que salir a ganarse el pan día a día y  se vieron totalmente quebradas. Todos, de alguna manera, nos vimos afectados. Soy un convencido de que de toda crisis o situación límite surgen posibilidades.

El pasado viernes 11 de diciembre tuvo lugar la Asamblea General Ordinaria de la Sociedad Rural Gualeguay, que dejó nuevas autoridades y un mismo espíritu de trabajo. Asumí como presidente junto a Justo García como vice y acompañados de un gran equipo de trabajo, que dejamos de a ratos nuestra labor diaria para ponernos al servicio del productor.

Ante todo resulta imposible hacer un balance del año 2020 sin mencionar la gran pérdida que tuvo Gualeguay, con la muerte de Federico Bogdan. Federico quedará en nuestra historia como un gran gestionador, su legado y su presencia se harán notar en todo lo bueno que quedará de su gestión. Bogdan armó un grupo de trabajo en 2015, encarnando esa necesidad de meterse a cambiar las cosas desde adentro. Gualeguay Nos Une es el espacio que comenzó ese camino en Gualeguay y que ahora, con Verónica Berisso como Intendente, seguirá dejando lo mejor de sí por nuestra ciudad.

El balance que se puede realizar del 2020 es bastante positivo, teniendo en cuenta qué hemos atravesado un año complejo, un año que nadie tenía previsto pasar, un año de incertidumbre, un año donde no se podían definir los procedimientos a seguir en virtud de qué todos los días había que tomar decisiones distintas. Pero, más allá de eso, lo que preocupa es que el sistema actual no es sustentable en el tiempo.

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