Un informe reciente elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, señala que, en el país, un mayor nivel educativo se asocia con mejores empleos y salarios. Según el trabajo, casi un tercio de quienes solo tienen secundaria está subempleado o desocupado, mientras que quienes tienen algún título son menos de una décima parte.

De este trabajo del centro de investigación social de la Universidad Católica Argentina se desprende que el subempleo inestable y la desocupación son diferenciales según el nivel de instrucción. Prueba de ello es que cinco de cada diez activos que no llegaron a aprobar el secundario se encuentran en alguna de estas situaciones. 

Por otro lado, en el caso de los activos que tienen el secundario aprobado este indicador disminuye al 28,9 porciento, en los que cursan o cursaron el terciario o la universidad, pero no se recibieron se ubica en el 29,1 porciento y en los de nivel terciario/universitario aprobado es de solo el 6,8 porciento.

En cuanto a los ingresos laborales, el bajo nivel educativo limita las posibilidades de insertarse en un trabajo bien remunerado. Prueba de esto es que el promedio de ingresos mensuales de los trabajadores que solo alcanzaron estudios primarios es un 41 porciento menor que el del total de ocupados, 47.357 y 79.616 pesos, respectivamente.

Por el contrario, los trabajadores que culminaron los estudios terciarios o universitarios poseen un promedio de ingresos mensuales superior en un 61 porciento del ingreso medio, 128.511 pesos.

Finalmente, en lo que se refiere al trabajo y la pobreza, el volumen de ingresos que cada trabajador aporta a su hogar se ve limitado por su nivel de instrucción, y ésto repercute en la calidad de vida de su familia. Tal es así que alrededor de la mitad de los ocupados que no aprobaron el secundario residen en hogares en situación de pobreza.

Del mismo modo, el 31,9 porciento de los ocupados que solo tienen secundario aprobado reside en hogares en situación de pobreza, al igual que el 21,1 porciento de los que cursan o cursaron el terciario o la universidad, pero no se recibieron y, solamente el 7,6 porciento de los de nivel terciario/universitario aprobado.

Conclusiones

El trabajo concluye que el escenario laboral argentino es persistentemente precarizado y heterogéneo, a la vez que se verifica que la calidad del empleo, la desocupación y las retribuciones al trabajo están fuertemente asociadas al nivel educativo de los trabajadores.

Del mismo modo, estima que el impacto de los bajos niveles educativos, de una parte importante de los trabajadores de nuestro país, repercute en la calidad de su trabajo, en su retribución y en las condiciones de vida de su familia.

Según los datos de la EDSA 2022, a nivel general, el 31,4 porciento de las personas económicamente activas realizan trabajos de corta duración, escasa remuneración, son destinatarios de un programa de empleo con contraprestación, o se encuentran desocupados. Esta situación adversa se incrementa a la mitad de los trabajadores que no llegaron a terminar el secundario.

Por último, el Observatorio concluye que los trabajadores de más bajo nivel educativo poseen un promedio de ingresos mensuales un 41 porciento menor que el ingreso medio general. Esto repercute en que casi la mitad de ellos resida en hogares en situación de pobreza.

Gualeguay21