Sombras del pasado
Todos señalan, aún después de dos años, la herencia económica y social, pero olvidan que la corrupción que la generó es un defecto cultural que aún sobrevive y se resiste al cambio, ensombreciendo el presente cada tanto.
Es por eso que, quienes de autoploclaman impolutos, no solo deben serlo, sino que deben también parecerlo, ya que, de un lado, muchos estamos atentos a que no haya ningún rebrote, y, del otro, muchos están en busca de cualquier mancha nueva que puedan endilgarle al tigre.
De una u otra forma, en un lado o en el otro, nadie cree que la corrupción esté erradicada, sino que todos sabemos que esa es la peor herencia de nuestra historia reciente y pasada.
Si bien esto no parece ser nada del otro mundo, y sí parece ser algo archisabido por todos y todas en la arena política, para funcionarios públicos locales y nacionales parece que no, pues llevan adelante proyectos con total arbitrariedad, sin ofrecer explicaciones e, incluso, escatimándole información al pueblo, blandiendo, así, un manto de sospecha sobre sus actos.
Los hechos
En 2013, técnicos de Vialidad Nacional desarrollaron un proyecto de circunvalación para Gualeguay y lo presentaron en Sociedad en el salón del Centro Económico, pero, como acompañaba ese proyecto el entonces Senador Matorras, el entonces intendente Erro lo sepultó.
En 2017, el Ing. Rubio, titular de Vialidad Nacional en la provincia, y quien había apoyado aquel proyecto en el 2012, siendo diputado, propone, y la Nación acepta, hacer otro proyecto, pero encargándose el mismo a una consultora privada, con el costo que eso implicaba.
Consultado alguna vez, el Ing. Rubio desconoció aquel proyecto, dijo que “nada que ver”, pero nunca brindó explicaciones sobre el mismo, mucho menos sobre las razones de su descarte, y muchísimo menos sobre la necesidad de contratar una consultora privada.
La actualidad
Hoy, indiferente a cualquier pretensión de transparencia, una consultora privada ya lleva adelante la elaboración del proyecto con la aprobación del Poder Ejecutivo local, de los concejales oficialistas, y de dirigentes identificados con el oficialismo.
Como si eso no fuera suficiente para despertar sospechas, se organiza una “presentación” del controvertido proyecto sin informarle a la prensa a través de los canales acostumbrados, sino que se contactan solo a algunos periodistas.
Conclusión
Más allá de las bondades del nuevo proyecto, las cuales serán seguramente indiscutibles, la sociedad gualeya merece ser informada sobre las razones que descalifican al proyecto ya realizado por Vialidad Nacional, al igual que merece saber porqué un tercero privado debe realizar lo que puede realizar esa repartición pública.
Si bien en aquellos tiempos la corrupción era moneda corriente, y esto de encargar innecesarios estudios a “consultoras” para quedarse con unas cuantas monedas no hubiese sido noticia, hoy, luego del tan aclamado cambio, este tipo de acciones, si no se aclaran debidamente a la sociedad, colocan a la gestión entre sombras de corrupción.
Norman Robson para Gualeguay21