Apartar la paja del trigo
En las noticias de cada día abundan discursos y fotos anunciando intenciones que nunca dejan de ser solo eso, y, como ya lo sabemos, las despreciamos, sin darnos cuenta de que perdemos valiosas oportunidades de progreso.

¿Qué es lo que pasa?
Convivimos, con o sin razón, divorciados del Estado.
Pasa que, cuando el Estado, a veces corrupto y a veces estúpido, promueve acciones políticas que, a veces, pueden ser viables, la indiferencia de la sociedad las condena a quedarse en el mero discurso y la estéril foto.
La sociedad, por haragana, no separa la paja del trigo, y condena a todas las iniciativas que provengan del Estado, desperdiciando así oportunidades que podrían haber prosperado.
Hacer lo correcto no sería difícil, pero si requeriría el esfuerzo de la sociedad, no solo evaluando las acciones sino, también, determinando aquellas viables y militándolas hasta el éxito.
Pero, claro, eso demanda mucho trabajo.
Entonces, en lugar de eso, optamos por desechar todas las acciones y quedarnos cómodos en la crítica hacia el Estado, lo cual nos condena a la postergación y la frustración.
Por ejemplo, en el 2010, el gobierno kirchnerista provincial impulsó, a través del CFI, la creación de 4 parques industriales. Uno de esos proyectos fue en Viale, donde la sociedad adoptó el proyecto, lo militó, y a fines del 2011 inauguró su primera planta, un moderno frigorífico avícola. Tarde o temprano, dos de los otros proyectos, el de Feliciano y el de Basavilbaso, lograron materializarse. El cuarto es el de Gualeguay.
Con esto quiero demostrar que no bastan las iniciativas estatales si la sociedad no se suma a adoptarlas y militarlas hasta su concreción, ni tampoco es justo culpar al Estado, corrupto o inútil, si nosotros no nos molestamos en hacernos cargo.
Norman Robson para Gualeguay21