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7 noviembre, 2025 1:13 am
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Aplicar la Ley o impartir Justicia

Un Juez debe ser una persona que tenga autoridad para juzgar e impartir Justicia aplicando la Ley según su acertado juicio, o sea, según su buena interpretación de las leyes.

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Por lo tanto, un Juez apto para juzgar no solo debe tener un acabado conocimiento de la Ley, sino que debe saber interpretarla de forma de cumplir con su objetivo de hacer Justicia.

En nuestro sistema jurídico provincial, la selección de jueces la realiza por concurso el Consejo de la Magistratura, valorando la aptitud de los candidatos a partir de un criterio estrictamente técnico, considerando su antigüedad, alguna especialización, y sus antecedentes académicos.

De este modo, el Estado se asegura que solo accedan al cargo de Juez aquellos candidatos altamente calificados por su formación jurídica.

O sea, el Estado se asegura que los jueces tengan un acabado conocimiento que los faculte para la correcta aplicación de la Ley, pero en nada se ocupa en garantizar que sepan interpretarlas en beneficio de la Justicia.

Ahora bien, la realidad nos muestra que un acabado conocimiento de la Ley no alcanza para ser un buen Juez, sino que a este valor hay que agregarle prudencia, coherencia, sentido común y compromiso con la Justicia. Atributos estos bastante escasos en nuestra Sociedad, pero que son vitales a la hora de evaluar los hechos y el contexto, e impartir Justicia.

Tal es así que una interpretación fría de la Ley, aislada de los hechos en su contexto, lleva, irremediablemente, a perder de vista los objetivos de Justicia a los que se debe apuntar.

Por lo tanto, si queremos vivir en un legítimo Estado de Derecho, tal cual nos lo garantiza la República, el Estado debe arbitrar los mecanismos necesarios para que nuestros jueces sean aptos según su acabado conocimiento y entendimiento de la Ley, y su aplicación, pero también según sus probadas prudencia, coherencia, sentido común y compromiso, para impartir Justicia.

En definitiva, un legítimo Estado de Derecho demanda jueces que, a través de sus sentencias, no solo apliquen la Ley sino que impartan Justicia.

De no ser así, de nada nos valen los jueces, pues solo pervierten la Justicia y esta, una vez pervertida, se convierte en injusticia, tal como ocurre demasiadas veces.

Norman Robson para Gualeguay21