Atropello a la educación

El problema en el Complejo es un drama de larga data, es cierto, ya que nace con supuestas irregularidades en su misma construcción, las cuales, a través de los años, progresivamente afectaron la operatividad, explotando en los últimos tiempos.
A pesar de esta realidad, la cual era evidente y de público conocimiento, ningún gobierno hizo nada de lo que debería haber hecho, demostrando ya su irrespeto por el lugar donde se forjan quienes forman a nuestros hijos.
Tal es así que la gran mayoría de los profesores a quienes hoy les entregamos nuestros hijos para que los eduquen se graduaron en los institutos que ese edificio albergaba.
Pero la gestión de Luis Erro al frente de NUESTRA municipalidad ha superado ampliamente los niveles de desidia y desprecio por la educación, y ha desnudado, con todo esto, su verdadera esencia totalitaria, abusiva y represiva, con apoyo del gobierno provincial.
Estos calificativos, lamentablemente, están lejos de ser un arbitrario punto de vista, ojalá así lo fueran, sino que quedan demostrados con sus acciones a partir de explotado el problema. 
En primer término, tiempo atrás, Erro invadió el edificio con dependencias administrativas municipales quitándole espacio a la actividad educativa y complicando no solo su operatividad, sino comprometiendo la seguridad del edificio con las modificaciones arbitrariamente dispuestas.
A pesar de estar usufructuando un edificio donado exclusivamente para actividades educativas, Erro, a lo largo de sus dos gestiones, se mantuvo indiferente a las filtraciones, al agua podrida, a los desagües atascados, al gas bloqueado, a las pérdidas eléctricas, al ascensor, a los baños rotos, a la falta de salidas de emergencia, etcétera, etcétera…
En segundo término, cuando colapsa la situación por explosiones, cortocircuitos y principios de incendio, con complicada evacuación incluida, y estudiantes y profesores dijeron basta, Erro no tuvo mejor idea que, en conferencia de prensa y con total caradurez, mentir diciendo que unos problemas no existían y los otros eran resultado del sabotaje de los propios alumnos con intenciones políticas.
Al mismo tiempo, en esa misma conferencia, aseguró contar con el apoyo del Ministro Lauritto, de Valori, y de la gente de la UADER, despreció los argumentos de los estudiantes y profesores y consideró que sería mejor que se fueran a otro lado.
Mientras tanto, las actividades de Artes Visuales y Leloir ya habían sido mudadas del Complejo, y en reunión con la gente de AGMER, Erro confesó varios proyectos respecto del Complejo, incluso entregárselo al gobierno provincial si había algo a cambio.
Así comenzaron las vacaciones de invierno, aunque todavía había esperanzas de que se realizaran las reparaciones mínimas que permitieran volver a la normalidad con las actividades educativas dentro del ámbito del Complejo.
Pero pasadas las dos semanas del receso educativo, nada se había hecho y estudiantes y profesores se enteraron, primero por trascendidos, de que estaban echados del Complejo y que se buscaría dónde alojarlos, en plena época en que los jóvenes se encontraban en exámenes.
También cabe recordar que una alumna, que costeaba su carrera trabajando como contratada por la Municipalidad, súbitamente vio cancelado su contrato luego de desoír las sugerencias de no participar en las marchas de reclamo.
De todos estos hechos no solo queda demostrada la totalitaria, abusiva y represiva política aplicada por Erro para con quienes osan protestarle u oponerse a sus caprichosos intereses, sino que también queda desnudada la complicidad en esto del precandidato Lauritto y de Valori, validando y apoyando todo este atropello desde el Ministerio de Educación y desde el Consejo General de Educación.
Tal es así que la Dirección Departamental de Escuelas de nuestra ciudad está por cumplir un año de acefalía, algo que no hace más que confirmar, una vez más, que la educación no está dentro de los intereses de quienes se deben a ella.
Norman Robson para Gualeguay21