Carta abierta a la Comunidad de Gualeguay
Gran parte de la comunidad del Hospital San Antonio manifestó a través de una carta pública su indignación y rechazo ante el despido de una siquiatra rosarina que desde hace años se desempeña en ese nosocomio.
La carta completa
“De acuerdo a la definición de OMS: «La Salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». Brindar una atención adecuada en salud supone siempre el trabajo y la responsabilidad de varias personas que deberían buscar de forma conjunta el bienestar y el respeto hacia aquel que se presenta con un padecer.
En el ámbito de la salud mental, este objetivo es un eje fundamental y ético de la práctica, lo cual garantiza y esta “relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por dichos trastornos”. Toda intervención en este espacio sólo es posible teniendo en cuenta el lazo transferencial que se debe dar entre los involucrados, tanto trabajadores como pacientes. Construir este lazo es una tarea que se da en el transcurrir del tiempo por parte de todo un equipo, que de manera conjunta apuesta a un dispositivo interdisciplinario
Desde la modificación de la Ley de Salud Mental, N° 26.657, estos aspectos brevemente mencionados, no son sólo un derecho de aquellos que reciben la atención, sino una obligación para los que trabajan. Esta obligación conlleva un trabajo que se construye y se constituye en el transcurso del tiempo, que exige la participación de las distintas disciplinas, siempre teniendo en cuenta que la suma de saberes permite construir una mirada totalizadora y totalizante sobre aquel que se presenta como paciente-sufriente.
Ningún área de intervención sustituye a la otra; todas deben complementarse respetando el trabajo del otro y por sobre todo dejando de lado egoísmos fragmentarios entre las disciplinas y los trabajadores. Nadie puede tener más derecho en Salud Mental que el propio paciente, derecho a ser tratado con respeto, derecho a ser escuchado, derecho a elegir.
Cuando las decisiones políticas o institucionales atacan a estos derechos, no sólo afectan la función de quienes trabajan sino fundamentalmente atacan el derecho del paciente a continuar un tratamiento que como se ha planteado fue producto de un lazo histórico entre él y aquellos que le brindaron desde su saber un espacio donde ese sufrimiento fue escuchado, fue visibilizado, fue contenido y quizás como resultado de todo ese trabajo, fue disminuido aquel padecimiento inicial.
En la semana pasada nos informaron que una compañera de trabajo, la Dra. Álvarez, seria desplazada del Servicio de Salud Mental del Hospital San Antonio de Gualeguay. Dicha profesional comenzó a concurrir al nosocomio hace 4 años, en condiciones laborales precarias y desde hace 2 años se le otorgó un contrato provincial correspondiente a una suplencia extraordinaria.
La Dra. Álvarez viaja desde la ciudad de Rosario para realizar la atención en consultorio de dicho establecimiento, de manera comprometida y responsable durante toda la semana está pendiente de las demandas y requerimientos no sólo del Servicio de Salud Mental sino también de los demás servicios del Hospital que solicitan su intervención e incluso los familiares de los mismos pacientes pueden dar fe de este compromiso.
En el momento de la contratación fue la única profesional del Área de Psiquiatría que acepto hacerse cargo bajo esas condiciones, no solo de su situación laboral sino también hacer frente a la falta de medicación que son de público conocimiento, ante lo cual gestiona y provee la medicación necesaria para los distintos tratamientos, de esta manera consigue en laboratorios la medicación gratuita y necesaria para permitir la continuidad del tratamiento farmacológico de los pacientes que lo requieren
Su trabajo nos ha permitido a quienes compartimos este espacio aprender y mejorar nuestras intervenciones no sólo dentro del nosocomio sino también fuera de él trabajando en redes con distintas áreas de la Comunidad.
Ahora, poner y sacar personas cual si fueran piezas de ajedrez es abusivo, sobre todo siendo trabajadores de Salud Mental, y como ya hemos mencionado, la construcción de un equipo de trabajo es una tarea compleja donde cada integrante cumple un rol importante en beneficio de los pacientes y la comunidad
Por todo lo antes mencionado es que repudiamos la decisión de desplazar a la Dra. Álvarez.; si se cree necesario sumar un nuevo profesional de la misma área, bienvenido sea, sin el costo de la fuente laboral de nuestra compañera.
Nosotros los firmantes, consideramos necesario un cambio que permita comenzar a respetar las actividades y condiciones laborales y personales de todos los trabajadores. Percibir que en el ámbito de la Salud Pública se considere los actores que participamos un simple número o un ítems más en las planillas presupuestarias, como si fuéramos objetos producidos en una fábrica, nos parece la pérdida del objetivo principal que debería tener la atención que brinda el Estado a la sociedad que es la Protección de la Salud Integral”.
Cabe agregar que a pesar de haberse hecho pública se continuaban sumando vecinos como firmantes de la misma.
Gualeguay21