Cómo aprovechar la Cuarta Revolución Industrial
El país requiere un plan de industria 4.0 con políticas de formación y de protección social para aprovechar las nuevas tecnologías y potenciar su capacidad productiva.

La Argentina aún está a tiempo de adaptar sus políticas e instituciones a la llamada Cuarta Revolución Industrial (4RI), es decir, al conjunto de nuevas tecnologías (como la Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, Big Data, la impresión 3D y los sensores inteligentes, entre otras) que están cambiando la forma en que producimos, consumimos y trabajamos. Según un documento de CIPPEC, el país requiere un plan de industria 4.0 con políticas de formación y de protección social para aprovechar las nuevas tecnologías y potenciar su capacidad productiva.
CIPPEC llevó adelante un ejercicio de prospectiva, es decir, un proceso de razonamiento colectivo e interdisciplinario a partir del cual se desarrollaron escenarios hacia 2030. Del ejercicio se desprendieron las siguientes recomendaciones de política:
1. Plan productivo para una adopción más rápida y difundida de las tecnologías 4.0. El panorama general es de una baja absorción de las tecnologías asociadas a la cuarta revolución industrial. Es necesario realizar un diagnóstico sobre el uso de las tecnologías por sector económico, tamaño de empresa, tipo de capital, etc. También se debe promover la inversión en ciencia y técnica, potenciando al INTA y al INTI. Por otra parte, el Estado debe promover vehículos financieros y participar en la toma de riesgos de proyectos de avanzada, por ejemplo, a través de compras públicas. Además, hay que poner especial énfasis en los segmentos más rezagados del ecosistema empresarial. Acelerar la inversión en infraestructura digital básica también es crucial.
2. Políticas de formación. Lo óptimo sería crear una agencia pública para la anticipación de las competencias laborales que se demandarán en el futuro. Pero, en caso de que esto no sea posible, al menos se debería realizar un diagnóstico sobre los conocimientos y habilidades de trabajadores actuales y futuros; fomentar el aprendizaje en la primera infancia; adaptar la educación terciaria y la universitaria para facilitar el pasaje al trabajo; potenciar la formación técnica y profesional, incluyendo a la escuela media e intensificando la interacción con el mercado laboral; y actualizar la capacitación y el entrenamiento dentro de las empresas.
3. Protección social. Los esquemas tradicionales deben reconfigurarse para acompañar las nuevas forma de trabajo y complementarse con una red de protección social que.
“El mundo está viviendo una acelerada transformación tecnológica liderada por la inteligencia artificial. Veremos cambios cada vez más significativos en la forma de producir y trabajar. Las nuevas tecnologías serán el vehículo de crecimiento económico en las próximas décadas. Por eso, necesitamos con urgencia políticas públicas que estimulen la adopción de tecnologías 4.0 y preparen a los trabajadores a interactuar con ellas”, enfatiza Martín Rapetti, director del programa de Desarrollo Económico de CIPPEC y coautor del estudio.
Gualeguay21