Cómo piensa Macri de la pobreza
Mucho se ha dicho desde el anterior gobierno sobre el presidente electo, Mauricio Macri, y su desinterés por atender la pobreza, pero los antecedentes al respecto parecen demostrar otra cosa.

Entre estos antecedentes, un proyecto de ley impulsado en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación por el macrismo en agosto de 2006 demuestra su compromiso con una seguridad social moderna, efectiva y sustentable.
Al acceder a aquel proyecto frustrado por el kirchnerismo, se pueden comprobar los beneficios de crear una Red de Protección Social que garantice un ingreso mínimo a todos los hogares del país, independientemente de la cantidad de hijos y de la condición laboral de sus integrantes.
Según se desprende del texto, la concepción de aquella propuesta macrista era establecer una asignación monetaria mensual que mejorara la calidad de vida de los beneficiarios asegurándoles el acceso a la alimentación, a la educación y a la salud.
En lo que se refiere a su aplicación, esta red de seguridad social estaba pensada como un subsidio mensual no reembolsable cuyos montos fueran definidos de acuerdo a la composición familiar y la valorización mensual de la Canasta Básica Total provista por el INDEC de forma de garantizar la calidad de vida y el acceso a los derechos de sus integrantes.
En este sentido, el proyecto establecía como autoridad de aplicación al Ministerio de Desarrollo Social llegando al territorio a través de las carteras municipales, para lo cual era preciso la unificación de los programas de transferencias de ingresos vigentes en aquel momento, la definición de un criterio de acceso basado en los ingresos y no en el desempleo, y la prioridad de la salud y la educación de los hijos.
En aquel entonces, los autores fundamentaron el mismo en que, durante las últimas décadas, la Argentina había asistido a un significativo deterioro de la calidad de vida de gran parte de sus habitantes, hasta perder la tradición de ser una de las naciones más equitativas e integradas de la región.
Tal es así que, desde los años 40s hasta los 70s, en el país se entendió al empleo como eje de integración social y principal promotor del estado de bienestar, pero las sucesivas crisis sociales y económicas de los 70s en adelante generaron problemas estructurales de pobreza y desempleo provocando una desigual distribución de la riqueza.
En ese sentido, en los fundamentos del proyecto, los autores recuerdan que la pobreza, en plena crisis del 2001/2002, había alcanzado a casi el 60% de los habitantes y, en ese mismo año, el 17% de los hogares había manifestado haber sufrido hambre.
Del mismo modo, los legisladores macristas remarcaban que, en los años siguientes, a pesar del crecimiento económico registrado y de que el Gobierno Nacional había respondido con diversos programas de transferencias de ingresos, al momento de este proyecto aún había 2.700.000 familias pobres y 940.000 familias indigentes.
Para cerrar la descripción del escenario social y económico del momento, los macristas también recordaron que el desempleo continuaba siendo un problema sin solución al extremo de que, en aquel entonces, llegaba al 15 por ciento, pero que los ocupados, por los bajos niveles salariales y por la gran informalidad, uno de cada cuatro ocupados igual eran pobres.
Fue por todo esto que los autores entendieron, en aquel momento, que era necesaria la reformulación de las políticas públicas de seguridad social generando una red de protección que asegure un ingreso básico a absolutamente todos los hogares del país, tal como ocurre con excelentes resultados en España, Alemania, Brasil y México.
Ahora bien, de ser esta la filosofía a aplicarse desde el Gobierno Nacional para atender la acuciante realidad social, los municipios y las comunas deberán prepararse para la gran tarea que demandará esta política, tanto en recursos humanos y técnicos como en el esfuerzo de confeccionar un pormenorizado mapeo social de los respectivos territorios.
Norman Robson para Gualeguay21