Con plumas es otra cosa
Definitivamente, con plumas, con brillo, con ritmo, y, más que nada, con ganas, el carnaval es otra cosa. Así fue que, el pasado sábado, en la segunda luna de los corsos gualeyos, comenzó en serio el carnaval de Gualeguay, con tres comparsas poniendo en el circuito todo lo que tenían. ¿Lo pasado? Pisado.

Entonces, esta vez, el pueblo le volvió a apostar a la fiesta, y las comparsas le respondieron vistiéndose para la ocasión para colocarse a la altura de las espectativas. Esta vez, los integrantes de las tres comparsas pudieron cumplir con eso que ellos aman hacer: el carnaval.
De este modo, K’rumbay, fiel a su estilo de comparsa de protesta, el cual la destaca, exhibió lo suyo, inspirada en una patria unida, y el público, ya numeroso desde el principio, comenzó a saltar al ritmo de su banda. Sin dudas, Momo había resucitado.
Detrás, vino Si Sí, y se vio una comparsa que, inspirada en los malos de los cuentos, desplegó un espectáculo que mantuvo al público arriba a lo largo de todo el desfile. Al cerrar su paso, el público sospechó que había pasado lo mejor del 2019.
Pero todos esperaban la recuperación de Samba Verá. Todos querían ver cómo respondía la norteña a las críticas de la primera noche. Y ésta respondió como una comparsa a la altura del espectáculo, con pasión, y con una banda que resucitó para enardecer las tribunas al ritmo de sus temas.
Así, de la mano de las bandas, y con los integrantes arengando a las tribunas a lo largo del circuito, la espuma se hizo protagonista, al aire como festejo en los temas centrales, o mano a mano entre espectadores.
En definitiva, la fiesta pudo tapar el problema del sonido. Si bien aprendieron a hacer el pase de banda a batucada sin dejar mudo a los animadores, la calidad del sonido siguió dejando mucho que desear. Un problema que difícilmente puedan resolver este año.
Las perlas
Como cada noche de corso, cuando se apagan las lentejuelas y se silencian los tambores, cada uno deja el Corsódromo llevándose consigo perlas blancas y perlas negras.
Perlas Blancas: La impronta de Joel Mamouse al frente de la batucada de K’rumbay, las pilas de Gonzalo Magallan animando todos y cada uno de los cuadros de Si Sí, y la elegancia de Ana Velardis luciéndose como pasista de Samba Verá.
Una sola Perla Negra: La prohibición a los medios de tomar imágenes del desfile al costado del circuito, lo cual expone, nuevamente, la ignorancia de la organización sobre la trascendencia gratis que los medios le dan al espectáculo.
¿Cuál gana?
Es difícil decirlo, ya que, en los últimos treinta años, nunca supe porqué ganó la que ganó o porqué perdió la que perdió. Ahora bien, en esta segunda luna de Corsos, con las tres comparsas haciendo lo que deben y saben hacer, la que más impresionó al público fue Si Sí.
Se viene la tercera noche, y, como todo, el carnaval va madurando velada a velada. Veremos con qué nos sorprende.
Norman Robson para Gualeguay21