15 mayo, 2025 12:37 am
Rectángulo Image

Cuatro errores que cuestan caro

El cambio adoptado en 2015 significaba mudar de un modelo cultural a otro, pero, como se trataba de toda una sociedad, los responsables de ese tránsito debían haber estado a la altura del desafío, pero, lamentablemente, su ignorancia política, y su improvisación, condimentada con mucha soberbia, están condenando el proyecto al fracaso.

BLANCO-NEGRO

Ya en la campaña, con sus promesas, Macri demostraba que creía que el manejo de la economia estaba en las exclusivas manos del Ejecutivo nacional. Ya en el gobierno, descubrió con estupor que no estaban en sus manos, sino en las de los lobbies y grupos de poder, todos mucho más cómodos con el modelo pasado que con aquel que él proponía. Error 1: Macri debería haber previsto que se resistirían al cambio.

Una vez asumido el gobierno, Macri inició un proceso de justicia contra la corrupción practicada en el pasado inmediato, incluso por la muerte de Nisman, pero no le alcanzaron los cuatro años para consumarlo. Entonces, el pueblo confundió esa dilación con la falta de pruebas, y creyó que todo se trataba de una caza de brujas. Error 2: Macri debería haber concluido ese proceso y aprovecharlo políticamente.

Al no liquidar políticamente a los protagonistas del pasado político argentino, todos avezados dirigentes de la decadencia, éstos aprovecharon todas y cada una de las oportunidades para ir dinamitando el proyecto oficial y allanando el camino para su regreso al poder. Error 3: Macri debería haber actuado políticamente dilapidando cualquier pretensión de la oposición.

Por último, Macri se embanderó en el “juntos”, y lo incorporó a todo su discurso, pero nunca supo compartir con todos el sentido, los porqués del cambio. De ese modo, el pueblo nunca entendió su sacrificio y claudicó. Error 4: Macri debería haber sabido que un buen político lidera su pueblo, no lo arrea.

O sea, Macri no equivocó el camino, ni los objetivos, sino que menospreció sus contingencias, las ignoró, las sobró, y, así, le faltó el respeto al cambio y a los verdaderos hacedores del cambio: el pueblo. Macri no supo que cualquier cambio, para que fuera sustentable, debía contar con el compromiso del pueblo, algo que él despreció o no supo conquistar.

Como ejemplo para comprender esto último, vale recordar el proyecto nacional y popular kirchnerista, impecablemente presentado, donde los Kirchner supieron cautivar e involucrar a la sociedad en un tan falso como elocuente “relato”, el cual usufructuaron, sin resultados concretos para el pueblo, sí para ellos, por más de una década. La famosa “década ganada”.

A diferencia de Macri, los Kirchner supieron participar de su “proyecto” a la oposición (radicales y otros), y a los lobbies del poder económico (las patrias financiera, contratista y sindical), a la vez que supieron seducir y conquistar al pueblo.

Este paralelismo entre ambas gestiones políticas sirve para ver cómo unos aprovecharon su sapiencia política, en favor de un falso proyecto,y en beneficio de ellos, y cómo otros, por su ignorancia política, dilapidan un gran proyecto, que beneficiaba a toda la sociedad. El factor común es el de siempre: pierde el pueblo.

 

Resumiendo, Macri cometió cuatro grandes errores que pueden costarnos la oportunidad de salir de la postergación a la que nos hemos condenado. Errores que no cometieron los Kirchner para embaucarnos con su relato y hacernos perder la oportunidad histórica que entonces nos ofreció el mundo.

¿Y ahora quién podrá ayudarnos…? Solo podrán hacerlo Macri, su gente, y todos aquellos que compartan el proyecto del cambio, convirtiéndose en verdaderos apóstoles, pregonando sobre lo bueno y lo malo de lo que estará en juego en octubre.

Norman  Robson para Gualeguay21