De donde viene y a donde va el hogar argentino
En algún momento, más de la mitad de los hogares argentinos eran sostenidos solo por el hombre, pero, en más de tres décadas, hoy solo 2 de 10 familias se mantienen así, a la vez se duplicaron los hogares sostenidos por los dos.

Según un estudio de CIPPEC, las familias monomarentales pasaron de representar un 8 porciento en 1986 a un 13 porciento del total de familias en 2019, mientras que los hogares donde ambos progenitores sostienen económicamente el hogar se incrementaron de 23 porciento al 40 porciento en el mismo período. Del mismo modo, los hogares en donde solo el varón aporta a la economía del hogar cayeron de un 52 a un 22 porciento en el mismo periodo.
A la vista queda que los hogares compuestos por sólo un varón como único sustento económico son cada vez menos, al tiempo que crecieron las familias monoparentales a cargo de la mujer, y aquellas con los dos progenitores aportando.
Por otro lado, en Argentina, cada vez menos familias tienen hijos. Entre 1986 y 2019, el porcentaje de familias con hijos cayó de 70 a 58. Sin embargo, este fenómeno no afecta por igual a familias de distintos sectores socioeconómicos. La presencia de hijos en el hogar es más frecuente en los sectores de menos recursos, donde crece la proporción de hogares monomarentales, mientras que las familias sin hijos y las unipersonales se concentran en los estratos de altos ingresos.
Desde el CIPPEC explicaron que los hogares monomarentales son los que suelen enfrentar mayores dificultades para lograr un cierto nivel de bienestar, y para conciliar las responsabilidades de cuidado con la vida personal y laboral. Solo 69 por ciento de las jefas de hogares monomarentales participa del mercado laboral y sus ingresos son menores que los de sus contrapartes masculinas, o de los hogares con dos proveedores.
En este sentido, afirmaron que, de hecho, cuando los varones no habitan en el mismo hogar que sus hijos, como el caso de las parejas disueltas, suele incumplirse la responsabilidad de brindarles apoyo económico, al grado que apenas un 32 porciento recibe ingresos por cuota de alimentos. Proporción que varía de la mitad de los padres en los sectores de mayores ingresos y dos de cada diez en los de menores ingresos.
Por último, y en base a lo expuesto, desde CIPPEC advierten sobre la imperiosa necesidad de reformular las políticas públicas de acuerdo a la nueva composición de la familia argentina, como ser los regímenes de licencia, los sistemas de asistencia monetaria, y toda la presencia del Estado en los espacios de crianza, enseñanza y cuidado de calidad para la primera infancia.
Ahora bien, si bien las nuevas políticas públicas deben adecuarse a la nueva familia, también son necesarias políticas para que ésta familia no pierda más valores de los que ya ha perdido, sino que evoluciones sin sacrificios morales, ni emocionales, ni culturales.
Norman Robson para Gualeguay21