Derecha o izquierda
Parece mentira que ya entrados en el Siglo XXI aún debatamos sobre si una propuesta es buena o no según sea de izquierda o de derecha.

Tanto la derecha como la izquierda hoy son solo lados de una filosofía de pensamiento político ya indiferente a la realidad actual.
Si bien lejos están de morir las ideologías, indispensables para la evolución del hombre, es impensado creer que estas no evolucionen como lo hace la humanidad, sus individuos y sus realidades.
Hoy el debate no puede centrarse sobre la derecha o la izquierda, simplemente, porque son líneas de pensamiento que no discuten los caminos de solución que hoy desafían a los Estados.
Hoy, la administración de un territorio demanda urgencias que si o si deben atender con políticas públicas indiferentes a la ideología política.
Hoy, la demanda tiene que ver más con la acción que con cualquier pensamiento.
Por eso, hoy el debate puede centrarse sobre los conceptos de populismo y conservadurismo, ambos por cierto retrógrados y anti-republicanos, y de progresismo, hoy la salida indiscutible en cualquier sociedad.
Si bien el progresismo puede identificarse con la centro-izquierda, la versión moderna nada tiene que ver ya con las ideologías sino con lo que es ineludible hacer.
Tal es así que todos los discursos proselitistas actuales, sean del color que sean, comparten la solución progresista a las problemáticas de los pueblos, independientemente de que, cuando lleguen al poder, dejen prostituir su proyecto por intereses oligárquicos.
Prueba de esto es el tan controvertido Proyecto Nacional y Popular, impecable en los conceptos progresistas de su génesis pero que degeneró en una alta traición al pueblo, tanto favoreciendo a sus oligarquías simpáticas en detrimento de las necesidades de los sectores más humildes.
De este modo, hoy el debate no pasa por el pensamiento de derecha o de izquierda, hoy el debate debe centrarse, a uno y otro lado de la calle, sobre si una u otra propuesta política es populista, es populista disfrazada de progresista, o realmente es progresista y es capaz de llevar adelante una administración que ponga definitivamente en valor la calidad de vida de los individuos.
Norman Robson para Gualeguay21