Después a no quejarse
El viernes por la noche, mientras los kirchneristas locales cerraban filas tras la campaña de Daniel Scioli, la gente de Cambiemos celebraba repartiéndose el triunfo.

En 22 días se define en el ballotage quien dirigirá los destinos de la Argentina, si Scioli o Mauricio Macri, y, conscientes de esto, los aún oficialistas ya salen, con el cuchillo entre los dientes, a conquistar los votos de Sergio Massa.
Cabe remarcar que para Gualeguay en general, y para la gente de Cambiemos en particular, quien gane el ballotage es más que trascendental. Es casi vital, por no decir “de vida o muerte”.
Si gana Scioli, habiéndose definido ya que Gustavo Bordet es el gobernador, Gualeguay puede imaginarse teórica y prácticamente desaparecida del mapa, mientras que si gana Macri, algunas puertas se le pueden llegar a abrir.
Basta recordar que, durante las dos gestiones kirchneristas, a pesar de estar alineados con la Provincia y la Nación, no existimos ni crecimos, ni hablar si la intendencia es de otro color.
De cara a esta contienda en nuestro territorio, es preciso tener en cuenta que, por el lado de Scioli, hay un aparato que ve en juego su futuro, sea este un contrato, un salario o una prebenda, incentivo suficiente para salir a buscar la victoria de su candidato con menos escrúpulos de los que alguna vez tuvieron, si los tuvieron.
De este modo, estas tres semanas que hoy comienzan son cruciales para los gualeyos y los argentinos, ya que nos jugamos a que ese cambio que todos votamos puedan hacerlo realidad quienes elegimos, aunque sea un poquito.
Para ello, es preciso que los elegidos, y los que están detrás, hagan a un lado sus triunfalismos y sus intereses sectoriales, se bajen de sus efímeros caballos, y se pongan al hombro la campaña.
Sino alguien puede pensar que solo se conforman con los laureles de haber ganado las elecciones y acceder al poder para cobrar un sueldo por cuatro años, pero no para torcer los destinos de Gualeguay hacia el cambio por el cual un sesenta por ciento de los gualeyos votaron.
Hoy ya no pueden esconderlo a Macri, como hicieron en la campaña, hoy Macri es el hombre, es el candidato, es la única opción de éxito que tiene el proyecto que nos propuso este gobierno local recién elegido.
Por último, si los elegidos dejan que pase lo que Dios quiera, si después gana Scioli, no nos quejemos, y si después gana Macri, tampoco nos quejemos.
Quedan tres semanas, los gualeyos esperan.
Norman Robson para Gualeguay21