El peronismo tiene la palabra
Las tres propuestas centrales para las próximas elecciones están planteadas, las tres incorporaron esencias peronistas a sus perfiles para conquistar un país que semana a semana se pinta más de azul pejotista. De cara a los comicios, el peronismo tiene la palabra.

En 2015, Cambiemos disparó el cambio cultural y, con esto, comenzó una salida de un escepticismo perverso y amoral de regreso a un estoicismo ético y moral. Pero, el proceso es largo y los intereses en juego son muchos, lo que augura un camino incierto de seguras marchas y contramarchas.
O sea, en términos coloquiales, la sociedad inició su mutación, de la caótica cultura de derechos sin obligaciones a una ordenada cultura republicana. O sea, salir de ese río revuelto que solo beneficia a algunos pocos pescadores, para pescar en aguas calmas con cardúmenes distribuidos con justicia.
Ese es el proceso que comenzó en 2015 y difícilmente se discontinúe, pues la sociedad ya manifestó que no quiere volver a aquel pasado corrupto, pero sabe que el sistema y los poderes, que se benefician de lo revuelto, se van a oponer con uñas y dientes al orden.
Precisamente, esos poderes son los que continuamente buscan desestabilizar este proceso, el cual debe ser defendido, no solo por el gobierno de turno, sino, también, por el propio pueblo, a través del voto, y, de no ser suficiente, manifestándose cívicamente.
Ahora bien, las elecciones de agosto, octubre y noviembre se perfilan de modo coherente con este proceso de cambio: el cambio liderado por Cambiemos, un peronismo que busca higienizarse y mejorar ese cambio, y los apóstoles de la corrupción, reunidos detrás del kirchnerismo, que quieren volver al pasado, pues no terminan de entender este procedo. O no quieren.
La apuesta de éstos es a que la gente vote por continuar o no el proceso iniciado. En este escenario, Cristina se lanzó, inesperadamente, como candidata a vice, con Alberto Fernández a presidente, liderando el Frente de Todos.
Hecho esto, y viendo que el saldo decente del peronismo buscaba unirse, Macri tomó la iniciativa y anunció su fórmula con Picchetto, un peronista republicano, al frente de un Cambiemos ampliado que pasó a llamarse Frente de Todos por el Cambio.
Finalmente, el peronismo tradicional, salió al ruedo con Lavagna y Urtubey, capitaneando el Frente Consenso Federal, una tercera alternativa, de esencia peronista, que busca romper la dicotomía política vernácula.
De este modo, en un país donde sus provincias día a día se van volcando hacia un peronismo no kirchnerista, la oferta electoral se abre en tres propuestas, un Cambiemos asociado con parte del peronismo, el peronismo que quedó afuera de ese frente, y el kirchnerismo.
Entonces, el menú electoral que se le presentará a los argentinos en estas elecciones nacionales puede sintetizarse en una propuesta de continuidad macrista peronisada, en una de mejora lavagnista, y el regreso al populismo K.
Por lo tanto, de echar un vistazo a las tendencias imperantes a nivel país, surge que, en las PASO, no va a haber diferencias salvo en los territorios, y, en las generales, el kirchnerismo mantendrá lo suyo, mientras que los del Federal y los del Cambio se disputarán las masas propias y las independientes. Sea como sea, a nadie le alcanzará para evitar el ballotage.
¿Qué va a pasar en ésta última instancia? Hay tres posibilidades y, en cada una, el que quede afuera definirá el resultado. ¿Qué inclinará el electorado por uno o por otro, aparte de lo expuesto? El frente gobernante tendrá sus ventajas y desventajas, y las otras propuestas sabrán aprovechar lo negativo para su beneficio.
De una u otra forma, el campo de batalla será en las provincias peronisadas, donde los tres frentes buscarán conquistar el electorado con sus diferentes versiones de peronismo, Entre Ríos entre éstas.
¿Qué harán las provincias? Todo depende de cómo palpiten la contienda, y todas apostarán a ganador, ya que su supervivencia dependerá de quien gane. Los límites del kirchnerismo, en este sentido, serán determinantes, ya que todos saben que quienes no votan a esta propuesta, nunca lo harán.
Sea como sea que se vayan dirimiendo las cosas durante las PASO, las generales y el balotaje, el peronismo tendrá la última palabra.
Norman Robson para Gualeguay21