28 abril, 2025 3:13 am
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Hay sumas que no siempre suman


Nadie discute ya que la inseguridad y la droga son urgencias a atender con toda la infraestructura del Estado, pero no para ellos es indispensable ampliar el Estado.

BLANCO-NEGRO

En los tiempos que corren, son una gran preocupación para cualquier gobierno comunal argentino la seguridad y las adicciones, al igual que lo son, en la misma medida, la pobreza, el trabajo, la salud, la educación, la vivienda, las cloacas, las calles, etcétera.
Para cumplir con la atención de todas estas preocupaciones públicas, existe la organización municipal dividida en carteras de responsabilidad con su correspondiente infraestructura y presupuesto.
O sea, existe un organigrama donde quedan bien definidas las diferentes competencias de cada cartera, y existe un presupuesto con partidas adecuadas para las necesidades operativas de cada una.
Estas son las herramientas que dispone el poder político para ejecutar sus políticas, definidas según las prioridades que él entienda.
Nueva secretaría
La Administración Bogdan, preocupada por la inseguridad y por el avance de las drogas, desde la campaña viene anunciando la creación  de una Secretaría, con presupuesto, para la atención de estos acuciantes problemas: la Secretaría de Seguridad y Adicciones.
Esta secretaría, según afirmó el propio Bogdan en su momento, estaría en las manos de Horacio Conrado, ex policía y ex presidente del Rotary local que ha manifestado reiteradamente su compromiso con el tema.
Cumpliendo con lo prometido, en la noche del pasado miércoles, esta nueva cartera fue creada por el Concejo Deliberante por imposición de la mayoría ante la negativa de la oposición, y a pesar de algunas críticas internas.
Promesa de campaña
Desde un principio, para quienes de alguna manera conocemos el funcionamiento municipal y, al mismo tiempo, estamos en contacto con la realidad del territorio, la medida despertó no pocas inquietudes. Entre estas, lo que más inquietó fue encontrar vínculo entre ambas problemáticas que justifique su tratamiento conjunto.
Está claro que una visión simplista de la realidad concibe que la inseguridad se debe, en gran medida, al avance de la droga, pero una observación más profunda de la cuestión desnuda raíces diferentes que demandan tratamientos absolutamente distintos.
Inquietudes
Si bien en este caso puntual no se conocieron públicamente los objetivos de esta secretaría, se desprende de las declaraciones y de las demandas de la sociedad que la intención de esta cartera sería articular recursos y soportes de la Provincia y la Nación en orden de, junto a las fuerzas de seguridad y la Justicia, promover un menor consumo de drogas y una disminución del delito.
A pesar de lo loable del objetivo, desde este lugar entendemos que, a la hora de crear una nueva secretaría, hay algunas cuestiones a atender que no son menores y merecen la mayor de las atenciones.
La cuestión de las adicciones
En primer término, hay que tener en cuenta que la drogadicción es un flagelo que ataca principalmente a la adolescencia, en su mayoría menores con una creciente participación de niños.
Esto la diferencia de la problemática del alcohol y otras adicciones, aunque todas son transversales a toda la realidad social, con orígenes estrechamente vinculados con la pobreza, el hacinamiento, la familia, la educación, el trabajo, la moral, etcétera.
Debido a estos orígenes de la problemática, la atención debe ser dada de manera integral y transversal, con conocimiento de toda la realidad del caso y en todo su marco de desarrollo.
No se pueden brindar soluciones en drogadicción sin conocer acabadamente el escenario en que se desarrolla cada caso y sin la debida preparación profesional para ello, al igual que lo demandan la violencia de género, la desnutrición, la promiscuidad, la deserción escolar, el embarazo precoz, el Sida, etcétera, etcétera.
O sea, es, estrictamente, un área de la competencia de desarrollo social o humano o como hoy se lo quiera llamar, pues, para ello, están dotadas con la infraestructura técnica y profesional para atender todo el espectro de la problemática social de forma integral y conjunta.
En este sentido, la Municipalidad de Gualeguay no es una excepción y también cuenta con una importante infraestructura de conocimiento del territorio y personal bien formado en tal sentido.
De este modo, crear una secretaría paralela, duplicando personal y recursos, comienza a perder sentido.
Independientemente de esto, el solo desconocimiento del resto de la realidad social transversal a la droga, el cual solo adquieren las áreas de la cartera de desarrollo social o humano, le impediría a esta nueva secretaría poder brindar soluciones efectivas y sustentables.
Visto de este modo, con una nueva cartera enfocada en las adicciones se duplicaría el esfuerzo (presupuesto) y no se lograrían los resultados esperados, mientras que sí sería necesaria la creación de una Dirección de Adicciones, dependiente de Desarrollo Humano, dimensionada a la altura de la acuciante problemática.
La cuestión de la inseguridad
Por otro lado, en lo que se refiere a la inseguridad, no hay antecedentes de una Secretaría de Seguridad, aunque esto no quiere decir que no haya llegado el momento de que la haya, tal como lo han hecho ya comunas de distintos lugares del país.
La razón de la inexistencia de una cartera que se ocupe de la seguridad en el territorio comunal radica en que siempre estuvieron la Policía y la Justicia, ambas de jurisdicción provincial, que históricamente se hicieron cargo del problema.
Pero, de un tiempo a esta parte, las intendencias comenzaron a detectar la necesidad de articular con las reparticiones provinciales su servicio de seguridad y justicia de acuerdo a los crecientes problemas y a las expectativas políticas de los gobiernos. Algo similar también comienza a sentirse con la salud, la educación, la minoridad, etcétera.
Por lo tanto, considerando la problemática gualeya, una Secretaría de Seguridad podría articular con la Policía y la Justicia el apoyo en la atención de las diferentes problemáticas que surgen en el territorio de acuerdo al plan político en ejecución.
En este sentido, esta cartera podría coordinar acciones y soluciones en términos de, por un lado, la prevención del delito, y, por el otro, el abordaje de cuestiones como el narcomenudeo, la drogadicción infantil, la delincuencia juvenil, la violencia de género, etcétera, etcétera.
Visto de este modo, una Secretaria de Seguridad facilitaría resultados que potenciarían importantes resultados en prevención y disminución del delito de forma sustentable.
Conclusión
En definitiva, si bien ya se cumplió con el compromiso político de crear esta secretaría, la Administración Bogdan aún está a tiempo de profundizar sobre el tema para dotar a la misma de un funcionamiento acorde a las necesidades de su territorio sin superponer competencias ni sacrificar contundencia.
Norman Robson para Gualeguay21

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