22 abril, 2025 5:18 pm
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La mentira tiene patas cortas

El pasado domingo, por la mañana, en una esquina céntrica de nuestra ciudad, tuvo lugar un accidente donde resultó herido un funcionario policial. La información oficial brindada por la Policía local responsabilizó por el hecho a un joven que habría conducido alcoholizado, pero la investigación llevada adelante desde la Justicia demostraría circunstancias muy diferentes. De ese modo, la mentira demostró tener patas cortas.

BLANCO-NEGRO

El lunes por la mañana, la noticia emanada de la Jefatura local consignó: “Alrededor de las 6:30 horas de este domingo, personal de la sección motorizada, que recorría las calles cuidándonos, es sorprendido en la intersección de 25 de Mayo y 9 de Julio por un masculino, que se conducía en una camioneta Toyota Hilux, quien embiste a uno de los funcionarios, dejándolo tirado en la vía pública, huyendo del lugar del siniestro”, y agregó que se trataba “de un joven de 20 años de edad, el cual ante el control demostró un exceso del nivel de alcohol en sangre permitido por ley”.

En el lugar del siniestro, se realizaron los peritajes pertinentes, con fotografías del frente de la camioneta, una Toyota de los modelos viejos, y croquis recreando el hecho, todo en función del relato ofrecido por los compañeros del accidentado que venían detrás de él.

El martes, una vez trascendido el hecho y difundido por los medios locales, la sociedad expresó, enérgicamente y sin reparos, su condena hacia el joven por su inhumano proceder. En especial en las redes sociales, donde se destacó que pertenecía a una conocida familia y donde se exigió que no por ello evitara la Justicia. Hasta se criticó al Fiscal actuante por haberlo liberado.

Ahora bien, a pesar de la elocuente versión impuesta desde la Policía, había piezas que no encajaban, razón por la cual habrían recurrido a las cámaras de video vigilancia privadas instaladas en las inmediaciones de la esquina en cuestión.

Para sorpresa de muchos, los dos videos obtenidos del momento del hecho, uno de calle 9 de Julio y otro de calle 25 de Mayo, permitieron ver como la moto policial, que venía en velocidad por 25 de Mayo, embiste violentamente a la camioneta en su parte trasera, la cual, con prioridad, cruzaba por 9 de julio. Al mismo tiempo, en uno de los videos se puede apreciar claramente que, al ver que sería impactada, la camioneta intenta evitar el impacto.

De este modo, los videos demuestran que la camioneta no arrolló al policía, sino que éste perdió el control de la misma, cayó, e impactó contra el rodado cuando casi ya terminaba de pasar, a la vez que también demuestra que los compañeros que venían detrás vieron perfectamente lo ocurrido, quedando así expuesta la falsedad de la versión oficial.

Por otro lado, la prueba de alcoholemia, la cual dio positiva, fue realizada unilateralmente por los funcionarios intervinientes, sin la debida instrucción del fiscal actuante. Este resultado, por las condiciones en que fue realizado, y las sospechas que despierta, podría ser descartado por la Justicia.

Por último, respecto al proceder del joven, cualquier huida de un hecho es repudiable, en las circunstancias que sea. Solo cabe agregar que, instantes después de ocurrido el siniestro, cuando se hizo presente la Policía en su casa, el joven se puso a disposición de inmediato, se brindó sin reclamos al alcoholímetro, y nunca opuso resistencia.

Lamentablemente, este hecho tiende un manto de sospecha sobre la información que surge de la Policía local, la cual, hasta hoy, era incuestionable. Afortunadamente, la mentira tiene patas cortas y la verdad siempre encuentra la luz. Ahora solo cabe esperar que la fuerza subsane lo actuado.

Norman Robson para Gualeguay21

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