La moda es hacer la plancha
La caliente disputa por la presidencia de la República Argentina que vive el país entero pareciera no reflejarse en Gualeguay, donde Cambiemos pareciera ser ya parte del pasado.
Versiones y contra-versiones sobre el futuro gobierno local inundan la calle, las rondas de mate y los asados, pero muy pocos se preocupan, y menos son los que se ocupan, por tenerlo a Mauricio Macri de presidente.
Mientras tanto, los “militantes” del oficialismo se ocupan a full en reivindicar la mentira e instalar el miedo en los votantes con la esperanza de tener el crédito de, aunque sea, una victoria en su territorio.
Precisamente, pareciera que es el territorio lo que motiva a todos.
Distintos observadores sociales y políticos ven con sorpresa la pasividad de los flamantes futuros funcionarios frente a las elecciones del próximo 22 de noviembre.
Si bien, ante la requisitoria periodística, no dudan en realizar una exagerada arenga en favor de Macri, en la intimidad no se despliega ninguna acción concreta en tal sentido.
Según coinciden quienes analizan la realidad local, pareciera que hasta existe en el bogdanismo cierta preferencia porque en el territorio gane Daniel Scioli, para, de esa forma, poder sostener que el gran vencedor del territorio fue y es Federico Bogdan.
Quienes conocen los ánimos internos del frente Cambiemos explican que, de este modo, resolvería el bogdanismo, con el ex senador radical Hugo Lesca de ideólogo, su puja interna con la gente del PRO, con Francisco Morchio como senador electo y Juan Carlos Borro de mecenas.
Cabe destacar que el PRO, con sus modestas capacidades, sí se ha puesto la campaña de Macri al hombro, pero, a pesar del incondicional compromiso de otros sectores, no logran cubrir el amplio territorio tal cual se lo cubrió para el pasado 25 de octubre.
En el mismo sentido, corren versiones sobre que quienes hoy trabajan en el territorio para que Macri gane este domingo estarían siendo presionados para dejar de hacerlo y sumarse a la plancha general.
Más allá de los dimes y diretes, lo cierto sería que nadie se sorprendería de estas actitudes en la política vernácula, ya que Gualeguay, a lo largo de su historia reciente, ha sufrido siempre las disputas internas de sus dirigentes electos, basta recordar Erro-Vittulo, Erro-Matorras, Erro-Tassistro, Erro-Urribarri, Jodor-Vittulo, Jodor-Busti, Jaime-Montiel, Jaime-Lesca, etcétera, etcétera. Circunstancias estas que siempre terminaron postergando al pueblo gualeyo.
Lo extraño sería, coincidieron atónitos quienes evaluaban el escenario, que los dirigentes electos quisieran tener todo para poder gobernar, y que quieran hacerlo.
Mientras tanto, a pocas horas del domingo, la moda es hacer la plancha.
Norman Robson para Gualeguay21