15 mayo, 2025 11:11 pm
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La noche gualeya en ascuas

En Gualeguay, de la gastronomía y anexos viven muchos, y otros tantos disfrutan de los mismos, lo cual convierte a ese sector en uno importante de la vida gualeya. Pero, lamentablemente, se aprecia que no es considerado como tal por el gobierno actual, quien no lo tiene en cuenta a la hora de adoptar restricciones. Prueba de esto sería el apuro en ordenar su cierre. Al igual que Nación y Provincia, Gualeguay elige restringir en lugar de ordenar, mientras la nocturnidad clandestina sigue haciendo estragos.

BLANCO-NEGRO

A la noche gualeya le dan vida comedores, bares, heladerías, cantinas, pizzerias, casas de comida y kioscos repartidos por toda la ciudad. Un simple cálculo señala que viven de esa actividad, entre emprendedores, empleados y otros, unas 500 familias, a la vez que son miles los clientes que recurren a ellos en busca de esparcimiento o de alguna bebida para compartir. De esto se desprende que la nocturnidad, en Gualeguay, no está en manos de un pequeño grupo de antros de vagancia, sino que.se trata de una respetable actividad económica que atiende una importante demanda de la sociedad.

Pero, a pesar de esto, apenas conocido el decreto presidencial, y sin conocer aún el decreto provincial, ni haberse decidido nada a nivel local, se ordenó a este sector cerrar el viernes a las 23 horas. Frente a esta situación, algunos locales, de los que demandan más estructura, tomaron la decisión de no abrir, ya que, difícilmente, podrían absorber los gastos de empleados, energía, etcétera, mucho menos tener alguna ganancia.

Ahora bien, la sorpresa de muchos fue que, a última hora del viernes, luego de sugestivas demoras por indecisión, el gobierno local, a través de 11 cartelitos digitales que le llevaron su tiempo, informó que el horario de cierre sería a partir de la hora 1 de viernes a domingos, y de la hora 0 en adelante para el resto de los días. Dos horas de diferencia con lo informado el día anterior, dos horas de trabajo que, aunque reducidas las capacidades al 30 porciento, podrían haber cambiado la noche de muchos.

O sea que no solo se apuraron a informar medidas restrictivas que luego no fueron tales, lo que produjo el innecesario cierre de algunos locales, sino que se tomaron todo el tiempo del mundo, incluida la confección de los 11 cartones digitales, para terminar informando, recién, a las 20 horas del mismo viernes. Por ese entonces, la noche ya estaba perdida. Tristemente, ese proceder habla a las claras de la poca consideración que se tiene por ese sector.

Esta noche, la nocturnidad volverá a revivir como pueda, y con lo que pueda, ya que sus actores saben que tienen que sobrevivir, pero algunos no trabajarán, ya que la restricción no deja que coman todos. Lo importante es que, mientras se imponen restricciones aquí y allá, así y asá, el virus se sigue propagando libremente donde nadie controla los protocolos.

Norman Robson para Gualeguay21