10 febrero, 2025 2:14 pm
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Mario Alarcón es nuestro Embajador de la Cultura

El viernes el Concejo Deliberante otorgó el reconocimiento como Embajador de la Cultura de Gualeguay AD Honorem a Mario Alarcón Muñiz, periodista de larga trayectoria y socio fundador de LT38 Radio Gualeguay.

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El acto, que se desarrolló en el recinto legislativo, y al que asistieron familiares y amigos de Alarcón Muñíz, estuvo presidido por el titular del Concejo Mauricio Balbuena y contó con la presencia de la Secretaria de Turismo, Cultura y Deportes Miguelina Pitón. También participaron el Jefe de Gabinete Hugo Lesca, el Secretario de Desarrollo Humano Eduardo Della Giustina y la diputada provincial Mariela Tassistro, como así también ediles de distintas bancadas.

Fue el concejal Francisco Cosso el encargado de hacer una extensa reseña sobre los méritos que Mario Alarcón acumuló a lo largo de su trayectoria profesional para ser acreedor de la distintición. El periodista repasó con detalle parte de la historia, resaltando su largo camino en los medios de la provincia y en los escenarios de la cultura, donde Mario descolló. También los múltiples premios recibidos y algunos sinsabores vinculados con su honestidad e independencia para ejercer la profesión. “Es difícil expresar en palabras todos los méritos que ha hecho Mario para recibir este reconocimiento, sobre todo por la intachable virtud de decir siempre la verdad. Algo que le ha costado dejar espacios radiales, prensa escrita o programas televisivos”, apuntó Cosso.

Alarcón ha descollado por sus conocimientos de la entrerrianía, algo que se encargó de remarcar el concejal Cosso. “Ha sido maestro de maestros del periodismo, conductor de centenares de acontecimientos folklóricos en el país donde dejó su mensaje cultural. Ha sido un defensor sin dobleces de la cultura entrerriana y nacional. Defensor de los Derechos Humanos ante los difíciles tiempos vividos en las últimas décadas, que también le valieron amenazas. Su vida ha estado cargada de cultura y repleta de humildad. Humildad que sólo alcanzan los grandes. Y él llegó por peso propio”.

Visiblemente emocionado luego de recibir un cuadro recordatorio, Mario Alarcón no pudo con su genio y tomó el micrófono que estaba frente a él. No importaba que no fuera del audio de la sala, sino de un programa de televisión. “¿Ustedes creen si les digo que no sé qué decir?”, comenzó mitad en serio y mitad en broma. “Tantas cosas me han dicho, me han encimado en la vida, de las que algunas ni siquiera me acordaba. Pero son cosas que uno ha vivido, aunque me ha pasado en otras ocasiones. Es para mí un orgullo este diploma que me acaban de entregar, designándome Embajador de la Cultura. Es una cosa muy grande lo admito”.

El periodista recordó que “cuando me dijeron que me habían elegido Embajador de la Cultura me impactó porque es una cosa muy grande. Gualeguay tiene un quehacer cultural histórico que excede a nuestra generación y con mayor razón a las generaciones que fueron y hay que sostener eso y plantear nuevas cosas. Esto es algo honorario así que supongo que tendré que susurrarle al intendente, al presidente del Concejo o a los concejales las cosas que a uno se le ocurran para fortalecer la cultura de Gualeguay. Quizás no necesite esto sino más difusión, que al cabo es mi tarea porque de otra cosa no he vivido. Hay toda una trayectoria de los gualeyos en la cultura. No hace falta defenderla simplemente recordarla. Si recordamos a Juan L. Ortiz y a toda esa generación brillante, tanto en la poesía como en la pintura y en otras actividades, que sigue luego con Amaro Villanueva, y más tarde con Carlos Mastronardi y luego con Leoncio Gianello, con Alfredo Veiravé, que se cierra ese capítulo tan brillante. Ni hablar si obervamos a Cesáreo Bernaldo de Quirós que es toda una luminaria en la pintura del siglo XX, no sólo de nuestro país. O si recordamos a Aseff Bichilani o a ‘Cachete’ González o a Antonio Castro o Derlis Madonis. Son faros de cultura que han trabajo muchos años, con humildad, sin alharacas. Después hubo un paréntesis que no desactivó la cultura pero que le puso un espacio. Pero esa antorcha todavía continúa viva y hay expresiones actuales a las que hay que prestar atención. Toda esa trayectoria la podemos sintetizar en algunos momentos, recuerdos. Recuerdo que Raúl González Tuñón hablaba del ‘hondo Gualeguay’. Creo que nunca estuvo aquí pero conocía como periodista de Buenos Aires cuál era el milagro que en algún momento se produjo en nuestra cultura. Y sabía que tenía vigencia y sabía de su profundidad, por eso el ‘hondo Gualeguay’. Pero no fue un título de regalo, fue todo una definición. Ahora hay que honrar esta definición, realimentarla para que las nuevas generaciones también fructifiquen de la misma manera a la sombra de ese árbol añoso, que se me ocurre en Juan L. o en algún pintor”.

Alarcón pidió “mantener vida esa vertiente luminoso que mantuvo vivo a los gualeyos. Esto es mucho para mí, este homenaje o reconocimiento, aunque me niego a usar la primera palabra porque me suena a muerto…(risas). Todo esto me excede y me lo llevo para siempre en mi corazón”.

Jorge Barroetaveña para El día On-Line

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