No aclaren que oscurece
Casi un año y medio de que desapareció Don Omar Benvenuto. Casi 18 meses de total indiferencia hacia la prensa y la sociedad por parte de la familia y sus abogados. Exactamente, un año, 5 meses y 25 días sin que la Justicia de respuestas. 544 días sin saber que pasó, y llaman a los periodistas.
Y los periodistas fuimos. Durante tres cuartos de hora, dos abogados, arrogándose estar al servicio de Don Omar, nos contaron a los periodistas que todavía se está trabajando en el caso, aunque no compartieron avances de ningún tipo.
Nos contaron que es mucha la tarea de analizar todas las escuchas de toda una región, de toda una zona, aunque sea en un momento determinado, lo cual nos dejó sin palabras.
Nos contaron que está probado que se trata de un secuestro extorsivo, aunque no mencionaron más pedidos de rescate.
Nos contaron que, seguramente, hay gualeyos involucrados, aunque se negaron a compartir las muchas hipótesis que ellos dicen que se están investigando.
Nos contaron que pidieron, hace unos días, que se ajuste la recompensa por la inflación, aunque sabemos que la inflación lleva más de un año.
Nos contaron que, en agosto pasado, la Justicia decidió hacer otro rastrillaje, aunque hubieran pasado 10 meses del hecho.
Nos contaron que en aquel momento se encontró un pasamontañas gracias a un perro superpoderoso, aunque vimos que por ese lugar habían pasado docenas de policías rastrillando, medio metro uno del otro.
Nos contaron que en ese pasamontañas se encontraron restos de ADN, aunque sabemos que, luego de todo ese tiempo sometido al viento, la lluvia y el sol, difícilmente haya quedado algún rastro.
Nos contaron que el análisis de ese ADN todavía está en proceso, y lo estará por dos meses más, aunque sabemos, por otros casos, que eso no demora tanto tiempo.
Nos contaron que ese ADN va a demostrar que lo tuvo puesto Don Omar o el que lo secuestró, aunque sabemos que eso no demostraría nada.
En resumen, durante unos 45 minutos nos contaron un montón de cosas, todas muy difíciles de creer. Durante esos tres cuartos de hora, los dos abogados pretendieron hacernos creer que todavía se está haciendo algo para esclarecer la desaparición de Don Omar, entendiendo, todavía, que se trata de un secuestro.
Todo esto abrió un único interrogante aún sin respuesta: ¿Con qué objeto, después de año y medio de indiferencia hacia los medios y la sociedad gualeya, repentinamente, sin que medie algún hecho significativo, llaman a una conferencia de prensa?
La respuesta puede tener que ver con la presencia de la hija de Don Omar a lo largo de toda la rueda, cuando nunca alguien de la familia había dado la cara. Ella estuvo allí, sin esquivar a los periodistas, como asegurándose de que la conferencia se llevara a cabo.
En lo personal, percibí, tal vez antojadizamente, que la joven impuso esta conferencia para que los abogados den respuestas a la sociedad. Le dieron el gusto, pero, burdamente, no convencieron.
En definitiva, la conferencia, en lugar de aclarar, terminó oscureciendo, alimentando aún más las sospechas de que la causa está congelada para que no se sepa qué le pasó a Don Omar.
Norman Robson para Gualeguay21