Persiste la falta de pediatras en el hospital
Según trascendió el fin de semana, por controvertidas cuestiones operativas o administrativas, ni el sábado ni el domingo hubo guardias pediátricas en el Hospital San Antonio de nuestra ciudad.

Esto quiere decir, según lo indagado, que, a lo largo de todo el pasado fin de semana, cualquier urgencia que afectara a un niño gualeyo, o cualquier parturienta que la naturaleza la mandara a dar a luz, y que no gozara de cobertura médica privada, debió arbitrar los milagros necesarios para superar la instancia sin sufrir mayores daños.
De acuerdo a las estadísticas orales, ya que no se llevan registros de este tipo, el hospital local trae al mundo un promedio de dos bebes diarios, lo que hace presumir que este fin de semana, 4 criaturitas deberían haber tenido quien las recibiera.
Tal es así que se sabe de un caso, por lo menos, que debió ser derivado a Gualeguaychú.
Al mismo tiempo, un número importante de niños demandan diariamente de la atención de un pediatra, dolientes de descomposturas, golpes de sol u otras afecciones, o víctimas de accidentes domésticos, pero estos desafortunados no encontraron a nadie que los atienda en el nosocomio local.
Según se pudo saber, la razón de todo esto es que los seis pediatras que todavía trabajan en el San Antonio no alcanzan para cubrir todas las guardias, y menos si alguno de ellos se enferma, como ocurrió el pasado fin de semana.
Pero lo más grave de este escenario es que, si ante la urgencia y la falta de solución local se pretende derivar a un niño o a una parturienta a algún centro de salud de otra provincia, tampoco hay un médico que acompañe el viaje, salvo que se deje desierta la guardia general.
O sea, si a lo largo de un fin de semana, un bebé nace con problemas, o un niño se enferma o tiene un accidente, no hay un pediatra que pueda atenderlo, ni hay médico de sobra que pueda acompañar la derivación.
Por último, vale destacar que este escenario desnuda una realidad hartamente denunciada desde años anteriores, aunque esta vez es de lamentar el silencio absoluto que se impone en quienes son parte de nuestro hospital.
Norman Robson para Gualeguay21