Problemas con las farmacias de turno
Desde siempre, el gremio farmacéutico impone a las farmacias cerrar sábados de tarde y domingo, y un esquema de guardias para esos días y todas las noches.
El objeto de esta política es garantizar el acceso de cualquier ciudadano a cualquier medicamento las 24 horas los 7 días de la semana.
Ahora bien, en Gualeguay, una ciudad con una población que ronda los 50 mil habitantes, no solo que hay una sola farmacia de turno, sino que cuando no tiene el remedio demandado o no trabaja con obra social, te quedas con la sensación de que está sensiblemente más caro que un día normal.
Si bien es respetable el negocio de medicamentos, no deberíamos permitir que el ánimo comercial esté por arriba del acceso a los mismos que garantiza la propia sectorial.
A modo de ejemplo, en la tarde del sábado, un vecino necesitaba un tipo de antiácido y un antiinflamatorio, pero la farmacia de turno no los tenía, razón por la cual suspendió el tratamiento hasta el domingo. Nada grave. Pero a primera hora del domingo, con otra farmacia de turno, el paciente se encontró con que si tenían los remedios, pero no atendían su obra social. Remedios comunes y obra social común.
Es absolutamente cierto que podría haberse acordado antes y haberlos comprado en alguna farmacia que tuviera esos remedios y trabajara con su obra social, pero entonces la pregunta inevitable es: ¿Para qué tenemos farmacias de turno…?
Si a los problemas infraestructurales de salud que tiene Gualeguay le permitimos que se sume el abuso comercial, realmente el acceso a la salud está cada vez más en riesgo.
Gualeguay, según la magnitud de su población, merecería más farmacias completas y, por lo menos, dos de turno.
Norman Robson para Gualeguay21