13 febrero, 2025 1:19 pm
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Promueven ordenanza falaz e inoportuna

Este jueves, nuestro Concejo Deliberante acordó aprobar por unanimidad una inoportuna ordenanza nombrando calles de nuestra ciudad en base a argumentos falaces provistos por la APDH local.

BLANCO-NEGRO

Según lo que se pudo saber del proyecto, el mismo propone nombrar 19 calles de la Segunda Sección Quintas “con nombres de desaparecidos por la última dictadura militar”, aunque en el articulado se incluyen personas que no cumplen con esto o bien nada tienen que ver con nuestra ciudad.

Al mismo tiempo, la argumentación de la norma se basa en una visión muy particular, prematura y arbitraria de la historia reciente del país, con conceptos y definiciones que aún no han sido convalidados o consensuados por nuestra sociedad, al punto de referirse a la dictadura como “cívica militar eclesiástica”.

Estos argumentos dejan claro que la ordenanza apunta a materializar un reconocimiento hacia uno de las partes en que hoy se encuentra dividida nuestra sociedad, cuando la misma solo ansía acciones que tiendan a su pacificación y unión.

Del mismo modo, cabe remarcar que la argumentación de esta nominación de calles suma a los reconocidos vecinos de Gualeguay desaparecidos durante la dictadura militar que se impuso en nuestro país desde 1976 a 1983, Juanita Armelín, Néstor Cacho Dadalt, Néstor Furrer y Martín Hauscarriaga, otras personas que no lo son.

Tal es así que incorporan el nombre de Jorge Correa, gualeyo muerto en un enfrentamiento entre facciones peronistas en plena democracia, en enero de 1975.

Del mismo modo, incluye a Tito Wenner, un hijo de Galarza que se crió y desarrolló en la Provincia de Buenos Aires y nunca vivió en Gualeguay, a Pedro Alberto Galván, un hijo del Quinto Distrito que vivía en Zárate, a Carlos Cerrudo Zanetti, un hijo de Mansilla que casualmente nació en el Hospital san Antonio, a Carlos Surraco, el hijo de un gendarme que casualmente nació en Gualeguay, a Jorge Fortunato Camillión Morisse, nacido en Gualeguay pero criado en Concepción del Uruguay y formado en Córdoba, y a Elda Viviani de Hauscarriaga, secuestrada por la Dictadura que falleció dos años después de ser liberada en el Hospital San Antonio.

Por otro lado, sin ningún fundamento expresado en el proyecto, el articulado incluye los nombres de los defensores de los derechos humanos de Gualeguay, Francisco Kiko Benítez, Loly Mochi, Anselmo Armelín, María Elena Pérez Petre, Olga Gayote de Massoni, Derlis Madonni, José Florentino Teri y Juan José Arribillaga, como parte de este homenaje.

De este modo, el proyecto de ordenanza en cuestión no solo es inoportuno, pues viene a reavivar un encono que la sociedad quiere apaciguar, sino que, para ello, recurre a la incorporación de personas que no cumplen con la misión de la misma.

Por último, cabe resaltar que resulta llamativo que la APDH local, la cual tuvo en sus filas valiosos y comprometidos referentes de la talla de Benítez y Armelín, luego de años de indiferencia hacia verdaderas violaciones de derechos humanos, sus dirigentes hoy solo insistan en perpetuar el enfrentamiento entre hermanos vecinos solo para mantenerse en escena. Tan llamativo es esto como lo es que un gobierno embanderado en el cambio y la unión por la paz de todos los argentinos lo acompañe.

Norman Robson para Gualeguay21

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