15 mayo, 2025 10:49 pm
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Rocamora, un leal subordinado de Belgrano

En este 200º aniversario del nacimiento del General Manuel Belgrano, creador de nuestra bandera, vale recordar su relación, durante la expedición al Paraguay, con quien fuera el fundador de nuestra ciudad, otro hombre de armas, el nicaragüense Tomás de Rocamora.

BLANCO-NEGRO

Según rescata Luis Fernando Furlan en una nota para Gaceta Mercantil, en su carrera militar, el General Belgrano tuvo en sus ejércitos a múltiples subordinados que lo acompañaron en diferentes escenarios bélicos. Uno de esos tantos jefes militares que sirvieron a sus órdenes fue el Coronel Rocamora, quien participó en una de las campañas más exóticas y complejas que comandó Belgrano: la expedición al Paraguay.

Cabe recordar que Rocamora era oriundo de Nicaragua, donde había nacido en 1743, y se inició en la carrera militar participando en varias campañas militares españolas contra los portugueses en el Río de la Plata y Brasil, entre 1762 y 1777.

Mas tarde, entre 1782 y 1786, prestó servicios en el sur de Entre Ríos, donde desplegó una notable actividad progresista, promoviendo el conocimiento de la región, y organizando el territorio. Fue así que bautizó la provincia con el nombre de Entre Ríos y fomentó la colonización, la explotación agropecuaria y el aprovechamiento racional de sus muchas riquezas naturales. En ese contexto, en 1783 fundó los pueblos de Gualeguay, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú.

Luego de esto, y después de cumplir destinos militares en Buenos Aires y Montevideo, fue enviado a Misiones como Gobernador y Comandante Militar del departamento Yapeyú, y allí estaba cuando la Revolución del 25 de mayo de 1810 y la formación de la Junta Provisional Gubernativa.

Desde alli, el 18 de junio de 1810, Rocamora reconoció a la Junta, y adhirió a la Revolución de Mayo. En aquellos críticos momentos, Rocamora alertó a la Junta de Buenos Aires sobre la actitud del gobernador Velasco, quien se opuso a la Revolución de Mayo y estableció una alianza con Montevideo para formar un eje realista opuesto a las autoridades porteñas.

En aquel contexto, contando con escasos recursos, Rocamora se puso al frente de la defensa de Misiones, creando una compañía de aborígenes guaraníes para proteger la frontera Oriental con Brasil de las incursiones portuguesas. En reiteradas oportunidades, Rocamora advirtió a la Junta que su situación en Misiones era comprometida, ya que se encontraba rodeado por tres frentes hostiles: Paraguay, Montevideo y los portugueses de Brasil.

Para él, las claves de la defensa de Misiones estaban en Yapeyú y Candelaria, ya que desde la primera se podrían cortar las comunicaciones con Montevideo, en tanto que la segunda serviría como base de operaciones durante una campaña al Paraguay. Así, Rocamora fortaleció Yapeyú con milicias guaraníes y piezas de artillería, se preocupó por adiestrar sus fuerzas y desplegó tropas en distintos puntos de Misiones y de la costa del río Uruguay.

De ese modo, la Junta Provisional de Buenos Aires aceptó el consejo de Rocamora y lo puso como gobernador titular de Misiones. Como tal, y con 67 años a cuesta, participó en la expedición del general Manuel Belgrano al Paraguay, entre septiembre de 1810 y marzo de 1811.

Manteniendo su centro de operaciones en Yapeyú, Rocamora resistió con todas las fuerzas reunidas de su gobernación, compuestas especialmente por milicias de guaraníes, y, en la campaña, condujo esas milicias en apoyo en la retaguardia y los flancos del Ejército del general Belgrano.

Las milicias misioneras de Rocamora fueron enviadas a la costa del Alto Paraná para evitar ataques desde el río, y, mientras Belgrano vencía en Campichuelo, el nicaragüense y sus tropas misioneras cruzaron el Alto Paraná y se establecieron en Itapúa, en la retaguardia del General. Tal era la confianza de Belgrano en Rocamora que lo envió a defender Itapúa, Candelaria y San José ante una escuadrilla naval paraguaya que operaba en el Alto Paraná  la cual fue rechazada con éxito.

En 1811, concluida la campaña, Belgrano distinguió a Rocamora y lo recomendó para ascender al grado de brigadier “por sus muy dilatados y buenos servicios de más de sesenta años, que a él se le debe la fundación de varias villas, que ha sido el único gobernador que ha sostenido y defendido las causas sagradas”.

Por último, Luis Fernando Furlan recordó en su artículo que las recomendaciones de Belgrano le permitieron al nicaragüense servir cómodamente en Buenos Aires hasta su muerte en 1819, a la edad de 76 años.

Gualeguay21