9 diciembre, 2024 10:04 am
Rectángulo Image

San Cayetano, amigo de los trabajadores


Cada 7 de agosto muchas Capillas, Parroquias, ermitas, celebran al Santo del pan y el trabajo. En algunos lugares hay varios horarios de misas y bendiciones a las que concurren multitudes de peregrinos; en otros, un puñado de fieles se congrega para rezar.

BLANCO-NEGRO

Cada año el Santuario del barrio de Liniers, en Buenos Aires, en el cual tiene origen la devoción define un lema que marca el tono de las predicaciones de la Novena. En esta oportunidad se decidió proponer “San Cayetano, amigo de los trabajadores, danos la Paz, la Justicia y la Igualdad”. Casi siempre el lema está formulado como una oración que se dirige al Santo Patrono.
Se comienza expresando una manifestación de fe en quien es aquel al que visitamos y rezamos. Es un “amigo de los trabajadores”. No es el único. Pensemos por ejemplo en San José, San Isidro Labrador, San Pantaleón, y tantos otros a quienes también expresamos nuestro cariño y devoción. Los santos son amigos de Dios para acercarse a los hombres, y amigos de los hombres para que nos conduzcan a Jesús. Ellos son ejemplo de cómo vivir el Evangelio a fondo. Y también son intercesores en nuestras causas ante Dios. Cada peregrino lleva en su corazón peticiones particulares propias, de su familia, amigos, vecinos. Pero todos nos sumamos cuando rogamos algo en común para el país. Este año centramos la oración en pedir tres cosas: Paz, Justicia, Igualdad.
Ante tantos hechos de violencia necesitamos paz en nuestros hogares, desgarrados muchos de ellos por el maltrato a la mujer (verbal y físico), paz en la escuela, la calle. Cómo no mirar también a los pueblos que están en guerra y sufren mutilaciones, muertes, destrucción de viviendas, hospitales y escuelas. Jesús nos enseñó: “Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”. (Mt 5,9)
San Cayetano, danos la Paz.
La Paz es fruto de la Justicia, y muchos sufren por su ausencia respecto del trabajo. Hermanos nuestros esclavizados en talleres clandestinos, campesinos que trabajan y duermen en condiciones indignas, adolescentes y niños usados para mendigar. Mientras unos pocos acumulan riqueza muchos reciben migajas. Jesús nos enseñó: “Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. (Mt 5,9)
San Cayetano, danos Justicia.
Hay grandes brechas en nuestra sociedad. Quienes están debajo de la línea de pobreza, las familias que no tienen acceso a cloacas y a agua potable, los niños que abandonan el sistema educativo, los que comparten colchón para dormir, los que no comen lo necesario, los que tienen piso de tierra en la casilla, los que son tratados como descartables… Nos enseña la carta de San Juan que “si alguien dice ‘yo amo a Dios’, y aborrece a su hermano es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve”. (1 Jn 4, 20 )
San Cayetano, danos Igualdad.
Te invito a sumarte en la oración. Tal vez tengas cerca alguno de los lugares de peregrinación, o una estampita en tu casa. Pidamos juntos con confianza en nuestro amigo San Cayetano.
Nos enseña Francisco que “en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida. El salario justo permite el acceso adecuado a los demás bienes que están destinados al uso común”. (EG 192)
Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social

× HOLA!