¿Se nos viene la noche?
El hecho de que una ciudad de 50 mil habitantes como la nuestra se encuentre, repentinamente, con que no tiene ninguna referencia política genuina, debería alertarla sobre la crítica situación que enfrenta.
“¿Cómo ninguna…?”, saltarán aquellos que desconocen que la política es un apostolado que privilegia lo común y colectivo por sobre lo particular e individual.
Es que para calificar como una referencia política genuina se debe contar con una identidad ideológica y un proyecto político, algo que ni la ficción populista del kirchnerismo, ni el entrevero de Cambiemos pueden exponer.
Por lo tanto, y según esta condición, hoy Gualeguay cuenta con solo tres propuestas políticas: El Peronismo, el Radicalismo, y el Macrismo, aunque, lamentablemente, y políticamente hablando, ninguna de las tres exista.
Tal es así que las realidades actuales del Peronismo, hoy disperso y expulsado de su propio partido, del Radicalismo, hoy vacío de todo contenido humano, y del Macrismo, aún políticamente nonato o inmaduro, demuestran que la vida política de Gualeguay no tiene dirección alguna. Y eso, a pesar de que los dirigentes lo ignoren o lo nieguen, es muy grave.
Mientras localmente al Peronismo le cuesta reflejarse en algún referente que no se haya rendido a la seducción del kirchnerismo, y el Radicalismo tiene ocupados a todos a ambos lados de su interna, el Macrismo es incapaz de bosquejar una mínima propuesta política que pueda representar a su conjunto.
Prueba patética de este vacío político es la inacción y el silencio, casi cómplice, de estos sectores ante los reiterados atropellos del oficialismo provincial en la ciudad y en el departamento, al igual que ante algunos desafortunados desaciertos del gobierno local.
Esta ausencia política no hace más que ceder más y más espacios que solo son capitalizados por el kirchnerismo, mientras que la ciudadanía se sumerge cada vez más profundo en el desencanto.
Hoy comienza abril, en un año ya estaremos compitiendo por las bancas legislativas nacionales, y no se vislumbra ninguna posibilidad de que alguna de las tres fuerzas pueda defender el territorio local ganado al kirchnerismo.
Mientras tanto, con sus prebendas provinciales y a pesar de la estrepitosa derrota sufrida, el kirchnerismo se encuentra indemne y listo para salir a la arena a hacer carne picada con cualquier débil resistencia que pueda surgir y allanarse el camino a 3 de Febrero 80 en el 2019.
No debemos olvidar que, para esto, el kirchnerismo cuenta con todo el aparato público provincial presente y activo en todo el territorio entrerriano, y la justicia provincial blindando cualquier ataque que pueda recibir por la retaguardia.
Lamentablemente, a apenas cuatro meses de estar en el gobierno, el pueblo que eligió la decencia de una alternativa sana ve peligrar su elección por la permisiva tibieza de su clase dirigente.
Hoy se han olvidado, y algunos nunca lo supieron, que un proyecto político se defiende gobernando, pero los espacios políticos se defienden en la calle, ejerciendo la política, pues si se pierden los espacios, se pierde el gobierno.
Ante esta instancia se hace imposible olvidar la apabullante victoria del radicalismo ruralista en aquel 2009 post 125, victoria que fue rápidamente dilapidada por vencedores y dirigentes en tiempo record catapultando la figura de Cristina en las elecciones del 2011.
Ante la crudeza de esta realidad local planteada, y con aquellos antecedentes, todo nos lleva a preguntarnos si se nos viene la noche.
Norman Robson para Gualeguay21