22 abril, 2025 4:52 pm
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Solo los valores nos distinguen

Casi todas las personas quieren ser felices, desean ganar dinero, y progresar, para sí mismos y sus familias, pero, a pesar de esto, en el mundo hay personas pobres y personas ricas, hay países pobres y países ricos. ¿Porqué? Un texto anónimo trata de responder.

BLANCO-NEGRO

Según un whatsapp que circula de celular en celular, la razón no se encuentra en su antigüedad, pues India y Egipto, milenarios, son pobres, mientras Australia y Nueva Zelanda, con menos de dos siglos de edad, hoy son países desarrollados y ricos.

También explica que la razón no está en su tamaño o en sus recursos naturales, pues Japón es un isla montañosa que importa materia prima de todo el mundo y la exporta transformada, y Suiza, sin salida al mar, tiene una de las mayores flotas del mundo, sin plantaciones de cacao, y es la caja fuerte del mundo.

Del mismo modo, dice que la razón tampoco es la inteligencia de las personas, pues estudiantes de países pobres que emigran a países ricos consiguen resultados académicos sobresalientes y se convierten en ejecutivos de empresas alrededor del mundo, así como tampoco es la raza, pues en Europa hay trabajadores de países subdesarrollados insertos en su fuerza productiva.

Ahora bien, al estudiar la realidad de los países ricos, donde las personas encuentran la felicidad, ganan dinero, y progresan en comunidad, se descubre que ellos profesan valores comunes.

Por ejemplo, en esos países, la moral es importante, a la vez que la ley y el orden son indiscutibles, y, así, el respeto es la base de la convivencia, mientras que todos entienden el trabajo como fuente de dignidad y motor exclusivo del crecimiento, y todos aceptan que todos y cada uno son responsables de la realidad que viven.

Como contraparte, al estudiar los países pobres, surge que una pequeña porción de la población profesa esos valores, mientras que la mayoría ha perdido la moral, el interés por lo común, el respeto por las normas de convivencia, la dignidad del trabajo, y nadie se hace cargo de nada, sino que pretenden que el Estado haga todo y les dé todo.

O sea, después de leer ese texto me permito creer que no somos pobres porque nuestros países sean viejos o nuevos, grandes o chicos, con o sin recursos, con una raza más o menos inteligente, sino que somos pobres porque nuestra conducta ha perdido los valores básicos e indispensables para el crecimiento, aquellos que alguna vez nuestros antepasados impusieron.

Es por esto que estoy convencido de que, solo así, recuperando aquellos valores, nuestra sociedad podrá retomar el camino del progreso y bienestar que alguna vez tuvo, pues son esos valores los que distinguen a los ricos de los pobres, a los felices de los infelices, a  los que progresan de los que están estancados.

Norman Robson para Gualeguay21

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