Solo se trata de convivir
En este país de “tomala vos y dámela a mí”, donde apelar a la memoria de los ausentes parece nos salva de todo, rige, y hasta puede cambiar los destinos de la Patria, vos y mí no son sinónimo de casi nada.
En esta ciudad, que lucha pero, más que eso, soporta los embates y maltratos de la desconsideración ciudadana en términos de convivencia urbana, los buenos ejemplos no cunden.
En esta ciudad donde los vecinos, para algunos, son solo un impuesto, y para otros, los más, solo alguien que está ahí y merecedor de cualquier cosa, poner un pié en la calle supone que otro te pise transitando la indiferente onda boba.
Y por más que ahora mi calle tiene nombre pero menos tierra, no habitamos en mejor convivencia cinco caniches y algunos humanos, entre otras cosas.
Así es que mi vecino Sergio, después de reparar por tercera vez el pilar que soporta la reja del frente de su casa (un día lo reparó y al otro día lo volvieron a romper, muy gracioso!!!), y ante innumerables, infructuosos y desvelados esfuerzos por mantenerlo en condiciones, tal como se merece la residencial Av. Pte. Illia, apeló, por último, al hormigón y puntales de hierro.
Recurso este que en la memoria de nuestro pueblo referencia a los más nefastos y oscuros momentos de la Patria, y también del mundo, elementos brutalistas y grotescos para una sociedad que pretendía defenderse de atentados y bombas que quedaron en la memoria de AMIA, Embajada de Israel, y todo lo demás, y no evitaron nada.
Hormigón y hierro que solo quedaron como mudos testigos de actos infames e impunes, y cuando todo eso parecía lejano, pero no olvidado, aquí y ahora, en la capital de la cordialidad y la cultura, en el barrio con santo y seña (San Pío), de calles con nombres de Ilustres culturosos y cordiales (Chocho Vivianco, Tucha Marco), hoy reaparecen para protegerse de los camiones, de las acciones de un vecino y de las inacciones del resto, de la desidia de quienes debieran ocuparse pero dejan que suceda para hacer el bien sin saber a quién.
Agradecimientos:
Al Corralón San Pío, siempre comprometido con el cumplimiento de la norma vigente motorizando el desarrollo y cuidado de la ciudad y el barrio.
Al Frigorífico AVEGUAY, un paso adelante en la aromatización y cuidado del medio ambiente en pos del fortalecimiento de la convivencia vecinal.
A la Municipalidad de Gualeguay, al Sr. Intendente y todos los secretarios con los que hablé. Bien gracias.
A Horacio Benítez, de quien hace un año se espera respuesta y dice no poder hacer nada más.
Al Dr. Alberto Lardit, por su ayuda para presentar una nota, otra nota, después de que se han presentado ya cuatro y una carta documento, que, además, no contestaron.
Y a todo el resto que mira, hace y no dice nada, gracias, muchas gracias, mil gracias.
Marcelo Manzán