Susto ambiental a la entrada a la provincia
En la mañana de ayer martes, un camión volcó en el acceso sur a la provincia. La asistencia de emergencia, mientras trabajaba en el lugar, descubrió que se trataba de residuos peligrosos provenientes del sector salud, desde la ciudad de Buenos Aires. Más allá del susto, quedó en evidencia el descuido de la Provincia ante estos accidentes.
Pasadas las 8 de la mañana, personal de Bomberos Voluntarios y del Hospital Eva Duarte, todos de Ceibas, llegaron al lugar del accidente en ruta nac. Nº 12 a la altura del km. 159, donde se encontraron con un vuelco sobre mano de entrada a Entre Ríos.
El protagonista fue un camión marca Ford 4000, con dominio AB-742-RL, de la empresa Waste Treatment S.A., la cual se dedica al transporte de residuos peligrosos y residuos especiales e industriales no especial.
Una vez trabajando en el lugar, el conductor, antes de ser trasladado al hospital de Gualeguaychú por una posible fractura en su pierna, manifestó que venía desde Flores, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con residuos peligrosos del sector salud, haciendo pensar que se trataba de material patológico.
Si bien la carga del camión, desparramada sobre la cinta asfáltica, y la banquina, no estaba en bolsas rojas, obligatorio en residuos patológicos, y aunque todos estuvieran con las protecciones reglamentarias, la situación sorprendio y preocupó a quienes allí intervinieron, ya que no se esperaban ese riesgo.
Finalmente, luego de observar la carga, se pudo observar que se trataba de residuos peligrosos del tipo Y2, Y3, Y6 y Y34 provenientes de laboratorios medicinales, como remedios, cremas, aceites, barbijos, etcétera, retirados de la producción y de la comercialización, a la vez que se supo que la carga estaba destinada a la planta de Soluciones Ambientales de Enrique Carbó.
Más allá de la sicosis propia de los tiempos que corren, lo cierto es que este accidente expuso el hecho de que la provincia, de las pocas que permiten el ingreso de residuos peligrosos, no tiene un protocolo que regule el transporte de este tipo de materiales ante la ocurrencia de un siniestro.
En otras palabras, si no hay olor a gas o nafta, o algo que alerte a quienes primero llegan sobre la peligrosidad del material involucrado, se compromete a éstos a un riesgo innecesario, razón por la cual se debería regular algún tipo de advertencia.
Gualeguay21