Un caso testigo de grooming o ciberacoso
El reciente caso de grooming o ciberacoso detectado en Gualeguay, el cual ya tiene identificado al sospechoso y a gran parte de las víctimas, es un caso testigo que desnuda el aparato generado internacionalmente en la lucha contra este flagelo.
A partir de este caso, el de un groomer en una pequeña ciudad del interior argentino, se puede apreciar el entramado andamiaje construido por la Justicia Argentina, en sintonía con instituciones del exterior, para perseguir este tipo de criminales y proteger nuestra infancia.
Una estructura donde se enredan fiscalías de todo el país, con todo el equipamiento y el conocimiento tecnológico de última generación, con pares de todo el mundo, asociaciones civiles, ONGs, y hasta la misma Facebook.
El caso de Gualeguay
El pasado viernes, la Procuraduría General de la Provincia fue advertida por la División de Cibercrimen del Ministerio Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires sobre un grave caso de grooming que estaba siendo cometido por un vecino de Gualeguay.
Al tanto de la gravedad del caso, desde la Procuraduría se pone en conocimiento al Ministerio Fiscal de Gualeguay, donde la causa cae en las manos del Fiscal Jorge Gutiérrez, quien recibe un nutrido expediente iniciado en octubre del año pasado a partir del alerta de una ONG.
Dentro del informe, los investigadores de cibercrimen de la CABA habían incorporado todo un completo seguimiento del sospechoso, con un detalle de comunicaciones con menores a través de sus dos cuentas en Facebook, ricas éstas en texto e imágenes, y con una extensa tarea de campo en la propia ciudad.
Cabe destacar que, entre el contenido recibido, se destacarían el intercambio de mensajes y fotografías comprometedoras con diferentes menores, tanto de Gualeguay como de otras ciudades, e, incluso, con otro mayor de otro país limítrofe con quien compartía su vicio.
Frente a la contundente información, el Fiscal Gutiérrez dispuso para el pasado sábado, un día después de tomar conocimiento del caso, el allanamiento de la residencia del sospechoso y el secuestro de todos los elementos electrónicos de comunicación a su alcance.
Si bien aún no se cuenta con el peritaje de los dispositivos incautados, se descuenta ya que este engrosaría el caudal de contenidos comprometedores, incluso con imágenes y declaraciones que llevarían a sospechar, también, del posible abuso sexual de una menor, con la cual mantendría un cierto grado de parentesco.
De acuerdo a todos los elementos, el sujeto estaría sospechado de grooming o ciberacoso a cuatro menores víctimas, tres ya identificadas y una aún desconocida, mientras que se presume que una de éstas ya sería mayor de edad y, de una de estas, podría haber abusado personalmente.
Todo esto derivó en la detención domiciliaria del sospechoso, peor para que pudiera cumplirla, como su hija convivía con él, el Copnaf (Consejo del Niño, el Adolescente y la Familia) dispuso entregar su tenencia temporal a una hermana del sospechoso que vive en Buenos Aires.
De este modo, se podrá preservar a la menor de los lastimosos comentarios que inescrupulosamente se repiten en los ámbitos sociales comunes.
Por último, la Fiscalía continúa trabajando mientras espera nuevos elementos para incorporar al caso, con los cuales, se estima, se determinarán nuevas medidas en la causa.
Porqué interviene la Fiscalía de la CABA
La Fiscalía de la ciudad porteña cuenta con un Cuerpo de Investigaciones Judiciales especializado en el tema, el cual coordina la Red 24/7, red que integran todas las fiscalías del país. En el marco de esta red, se estableció un protocolo de intervención inmediata en casos de pornografía infantil en Internet a nivel nacional.
A fines del 2016, esa Fiscalía coordinó la Operación Ángel Guardián de la RED 24/7, en la cual, de manera conjunta y sincronizada, se rescató a 90 víctimas de grooming o ciberacoso sexual abusadas por un mismo pedófilo a través de Internet en la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Misiones, Santa Cruz, Entre Ríos, Chubut, San Luis, Chaco, Catamarca, La Pampa y Salta.
El groomer, desde un país vecino, se hacía llamar Thiago, Mathi o Evans y decía tener unos 14 años en sus 18 perfiles falsos de Facebook. A través de éstos seducía a sus víctimas, todas niñas y adolescentes, y las obligaba a enviarle autorretratos y videos de producción casera donde aparecían desnudas y en actividades explícitamente sexuales.
A partir de esa experiencia, esa Fiscalía puede realizar hoy este tipo de tareas, para las que cuenta con la colaboración de la National Center for Missing and Exploited Children y de Facebook, quienes le brindan toda la información necesaria respecto del tráfico de contenidos.
En este marco generado a partir de la Operación Ángel Guardián, la RED 24/7 detecta actividades de ciberacosadores y pedófilos, y los investiga para delegar a las Justicias de cada provincia las actuaciones correspondientes. El caso gualeyo de estos días es un claro ejemplo de ello.
Qué es el grooming o ciberacoso
De acuerdo al artículo 131 del Código Penal Argentino, será penado con prisión de seis meses a cuatro años aquel que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones, o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra su integridad sexual.
De este modo, aquellos mayores de edad que envíen, reciban o intercambien mensajes y fotografías que expliciten contenido sexual con menores de edad, afectando su integridad moral, pueden ser penados por la ley.
Norman Robson para Gualeguay21