Justicia: La estrategia en el caso de la banda policriminal

Como este medio fue el que, a mediados de julio, expuso el accionar de esta banda policriminal que viene actuando impunemente en Gualeguay desde hace años en distintas líneas del delito, y como director del mismo fui amenazado por ello, en la mañana de ayer martes concurrí a Tribunales para saber qué había pasado con esa amenaza denunciada, ya que nunca me habían citado para ratificar o ampliar la acusación. La sorpresa fue descubrir la estrategia del Fiscal Rodrigo Molina.
El pasado 17 de julio, luego de ser amenazado de que matarían a alguno de mis hijos si no borraba la publicación por la cual exponía la banda policriminal que viene actuando impunemente desde hace una decada, me presenté en la Jefatura de Policía para hacer la correspondiente denuncia. Curiosamente, el número de celular en el que se originó esa amenaza es el mismo que aquel en que se originaron las amenazas a las víctimas denunciantes de la banda.
A pesar de todas las evidencias que vinculan la amenaza sufrida con la banda desbaratada por la policía y liberada por la Justicia, en el día de ayer martes me enteré que mi denuncia, solita, está en manos de la Fiscal Ana Paula Elal, y no del Fiscal Molina, como lo está el resto de la causa.
En la reunión con la fiscal, quien declaró estar enojada conmigo por mis apreciaciones sobre la Justicia local, me fue informado que de ninguna manera ellos (la Justicia) tienen que convocar al denunciante a rectificar, ratificar o ampliar la denuncia, sino que debe ser el denunciante quien debe venir a hacerlo (?). De igual modo, también se me informó que ya se habían ordenado las pericias correspondientes, pero que las mismas demoran mucho tiempo.
Por otro lado, aprovechando que estaba con la supuesta responsable de mi causa, consulté a la Fiscal Elal sobre las razones por las cuales se me había puesto una custodia policial y, de inmediato, se la retiró. A ésto me respondió, primero, que no había sido la Fiscalía, y luego que, seguramente, sería porque manifesté en mi publicación que no tenía miedo. Visto que de nada servía insistir en algún aspecto, di por terminada mi visita.
Ahora bien, más allá de la vanidad propia de estos agentes de justicia, de sus arbitrariedades, y del evidente desinterés por buscar justicia, no me quedan dudas de que Elal en nada puede esclarecer mi amenaza, y que Molina elude cualquier contacto conmigo, ya que expuse la impunidad de la que goza la banda desbaratada por la Policía, puse en peligro la identidad de quienes éste grupo tiene extorsionados, e insisto en que él cumpla con la responsabilidad por la cual se le paga: hacer justicia.
El manejo de Molina al no citar al denunciante, al abrir un expediente aparte cuando hasta el celular es el mismo que las amenazas que reciben las otras víctimas en la causa que él debería investigar, y la remoción de la custodia policial, entre tantas otras cosas, me demuestran que no existen intenciones ciertas de hacer justicia, sino que la idea sería acomodar las cosas de modo de que el caso pueda resolverse sin que pierdan su libertad los delincuentes, y sin que el escándalo tome estado público.
Norman Robson para Gualeguay21