8 noviembre, 2024 3:02 pm
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La antidemocracia a 40 años de recuperada la democracia

Este año, la Argentina festeja 40 años de democracia, y u a buena parte de su poder político lo festeja atacando su sagrado ánimo republicano, por el cual los ciudadanos tienen derecho a elegir libremente, sin coacciones de ningún tipo. Oficialistas y opositores, hoy se han unido para combatir la libertad de voto, desnudando el espíritu populista y antidemocrático que comparten. Tratan, con alevosía y desesperación, de torcer la voluntad popular en favor de uno y en contra de otro.

Estás elecciones 2023 se dividieron en tres tramos: las primarias, las generales y el ballotaje. Todo se desarrolló con tranquilidad hasta las PASO, cuando se conoció que en la Argentina ya no se disputaban el poder solo dos grandes coaliciones, sino que un tercero, un partido, había irrumpido con una importante preferencia del electorado.

Como esta tercera fuerza apuntaba directamente contra la clase política, sus prebendas, y contra todos aquellos que se aprovechaban de ese sistema, a expensas de la masa argentina de bien, trabajadora, el escenario electoral se conmovió sensiblemente.

Frente a eso, el oficialismo fue quien tomó la iniciativa atacando a toda la oposición, en particular al nuevo cuco que lo amenazaba. Para ello, no solo vulneró la democracia, sino que, también, violó la ley, abusando de los recursos públicos.

Esa iniciativa rindió sus frutos, ya que, en las generales, gracias al miedo infundido y al dinero público repartido arbitrariamente, el oficialismo logró dejar afuera a su eterno rival, Juntos por el Cambio, y quedó mano a mano con el nuevo cuco, La Libertad Avanza.

En esta tercera etapa hacia el ballotage, sin vergüenza alguna, y con total alevosía, dirigentes de uno y otro lado unieron sus fuerzas para protegerse de la amenaza que significa Milei para sus tradicionales comodidades, dejando al desnudo su profundo desinterés por los argentinos, y su único interés en perpetuar un sistema politico diseñado y dedicado a su exclusivo beneficio.

Así transita la Argentina los últimos días previos hacia la elección: Toda la política tradicional, aquella que, como oficialismo o como oposición, trajo el país a esta realidad, unida en contra de Milei y sus pocos aliados, en defensa de sus intereses espurios, demostrando que nada le importan la ley, ni la democracia, ni los intereses de su propio pueblo.

Conclusión

Ante todo, y sin lugar a dudas, cabe señalar que se trata de un hecho histórico sin precedentes, ya que no se conoce en el pasado una campaña electoral en la que se hayan unido fuerzas, otrora enfrentadas entre sí, para atacar una propuesta por ser inconveniente para sus intereses particulares. Claro está que tampoco hubo en el pasado una fuerza que se atreviera a atacar a la clase política como origen del problema argentino.

Tampoco hay antecedentes de un candidato a Presidente de la Nación que, a la vez, sea Ministro de Economía en ejercicio, y que, como tal, haya abusado de los recursos públicos para su campaña. Menos hubo en el pasado un candidato ministro cuya gestión sea la responsable de una de las peores crisis económicas de la historia, y, en campaña, pretenda desentenderse de todos los desaciertos propios y del gobierno al que pertenece.

En síntesis, no hay precedentes de una campaña tan violentamente antidemocrática, en la cual algunas fuerzas, en lugar de proponer alternativas interesadas en un futuro mejor para el pueblo, embistan contra quien sí lo hizo y, por ello, captó su atención.

El miedo a Milei dejó al desnudo la verdadera grieta, no aquella que dividía al kirchnerismo y al antikirchnerismo, sino la que divide todo ese populismo antidemocrático y antirepublicano, del pueblo de bien y sus políticos democráticos y republicanos interesados en el presente y futuro de la Argentina.

Una lección

Esta terrible experiencia en la que la sociedad argenrina fue sometida, durante más de 3 meses, a un inútilmente carísimo y desgastante proceso eleccionario, nos deja una valiosa lección: Modificar urgente el sistema eleccionario, el cual ningún politico tradicional ha querido cambiar. Es preciso un mecanismo de boleta única y procesos más cortos.

Norman Robson para Gualeguay21

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