26 marzo, 2025 11:34 am
Rectángulo Image

Lo woke y lo progre no son propiedad de los zurdos

Revolucion Francesa

Desde un principio simpaticé con la idea woke, y nunca entendí porqué se la identificaba con la izquierda. Claro, tampoco entendí nunca qué tenía que ver el progresismo con la izquierda. Finalmente, barajé algunas premisas, las confronté con la realidad presente, y comprendí que el poder sabe aprovecharse de que la gente desvirtúa las cosas según le convenga. Así, después les vende lo que ellos compran, y él engorda. Veamos porqué digo esto.

Primera premisa: La idea woke nació en Estados Unidos como un movimiento de alerta contra el racismo, para luego ampliarse hacia cualquier tipo de desigualdad social, incluidas las cuestiones de género.

Segunda premisa: El progresismo es una concepción política y social que defiende el estado de bienestar de todos los individuos a partir del respeto de sus derechos civiles y de una absoluta justicial social.

Tercera premisa: La igualdad y el desarrollo del bienestar general son las pretensiones comunes a cualquier propuesta política, sea que lo pregone o no su partido, alianza o bolsa de gatos, simplemente porque es lo que pretende cualquier ciudadano (principio de demagogia básica).

Ahora bien, de estas tres premisas resulta que la cultura woke y el progresismo no son propiedad de la izquierda, ni, mucho menos, de la derecha, sino que, tal como surge de la tercera premisa, son propios de la pretensión de cualquier humanidad civilizada.

Así lo demuestran gobiernos exitosos del Primer Mundo, donde tanto la igualdad y los derechos, como la libertad, el respeto y el compromiso, entre tantas otras cosas, son fundamentales para cualquier desarrollo integral y convivencia pacífica de la vida en comunidad.

Precisamente, de eso se trata todo: de desarrollarnos en libertad, igualdad y fraternidad, propiciando una mejor calidad de vida para todos, en un indispensable marco de justicia. Vale recordar que, en 1789, la Revolución Francesa acuñó el lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad” (Liberté, Égalité e Fraternité), el cual inspiró a las repúblicas que nacieron a partir de entonces, y aún representa los valores de la democracia y la modernidad.

En síntesis, esto de identificar la cultura woke y el progresismo con la izquierda, y sindicar a la derecha como algo que se le opone, parece ser otra apropiación de ideas y conceptos de parte de facciones políticas vacías de ideologías y solo interesadas en conquistar las masas.

En una sociedad donde ya se desdibujaron hace mucho la izquierda y la derecha, y solo profesan éstas viejos y obsoletos fundamentalistas de uno y otro lado, ésta apropiación parece el desesperado manotazo de grupos apócrifos que solo sobreviven gracias a la ignorancia popular.

En otras palabras, desacreditar la cultura woke y el progresismo vinculándolos con la inexistente antagonía izquierda derecha es un vano, necio y estúpido intento de desacreditar la misma civilización moderna.

En plena era del conocimiento, la falta de éste traiciona a los argentinos y pone en valor versiones políticas simpáticas al pueblo, pero que nada contenplan su realidad. Netas demagogias perversas frente a una sociedad cada vez más abúlica e indiferente a su realidad.

Hoy no caben dudas de que, al final del primer cuarto del siglo XXI, la cultura woke no está en discusión, como tampoco lo está el progresismo, como indiscutibles caminos hacia el futuro. La igualdad entre los individuos, su libertad representada por sus derechos y obligaciones, y una fraternidad propia de una sociedad donde lo común debe primar sobre lo individual detrás de un desarrollo integral y general, son los pilares de una concepción política que el próximo 14 de julio cumplirá 246 años.

Así que basta de etiquetas, y basta de poses. La política es demasiado importante para la evolución de las sociedades para que se la banalice con rótulos e ismos elegidos sin argumentos. Sin lugar a dudas, la sociedad, o sus nuevas generaciones, deben abandonar lo establecido y salir a construir su propia concepción a partir de su propio conocimiento.

Solo con concepciones auténticas y genuinas saldremos de nuestra condena.

¡Aguanten la libertad, la igualdad y la fraternidad!
(¡Vive la Liberté, l’égalité e la fraternité!)

Norman Robson para Gualeguay21

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× HOLA!