Pienso, repaso, y analizo, luego dudo, temo y sospecho
En honor a mi oficio, me permito pensar, repasar, analizar y otros tantos vicios incómodos e inconvenientes para esta época que vivimos, y, al hacerlo, me encuentro con hechos irrefutables que me obligan a dudar. Hace pocos días, mi ciudad volvió a sufrir los estragos del clima dejando en evidencia la desidia política de las últimas décadas. Hoy, a varios días de lo ocurrido, el silencio oficial y los hechos pasados y actuales no me dejan otra alternativa que temer y sospechar.
Entre el 11 y el 19 de marzo, lluvias extraordinarias terminaron, nuevamente, inundando Gualeguay. Ya había ocurrido 17 años antes, en el 2007. Desde aquel entonces, se realizaron obras millonarias en dólares con la promesa de que aquello no volvería a pasar. Pero pasó y, como todo indica que se seguirá haciendo lo mismo, indefectiblemente, volverá a pasar.
Desde la semana pasada, se ve a los contratistas del Estado, eternos socios de éste en la realización de obras tan inútiles como sobrevaluadas, pegados al gobierno local. Son los mismos que hicieron las obras mal hechas que no funcionaron aunque le costaron a los entrerrianos alrededor de 100 millones de dólares, y ahora quieren hacer más.
Como si todo esto fuera poco, ayer lunes, Hidráulica de la provincia vino a Gualeguay a reunirse con el gobierno local y los contratistas, pero no hubo información alguna sobre lo abordado en el hermético encuentro.
Todo esto obliga a repasar el pasado y presente en torno a las inundaciones sufridas, un repaso a partir del cual se desprenden los siguientes hecho indiscutibles:
• Es un hecho que cada vez que llueven 100 milímetros sobre un kilómetro cuadrado, caen 100 millones de litros de agua, de los cuales, si la superficie es de tierra, ésta absorve solo el 10 porciento hasta los 200 milímetros. El resto escurre.
• Es un hecho que la superficie de Gualeguay es de unos 90 kilómetros cuadrados, mientras que escurren hacia ella, desde el norte, unos 180 kilómetros cuadrados más. O sea que por cada litro de agua que cae sobre la zona, a parte de lo que llueve sobre Gualeguay, llega a ella por los desagües el doble.
• Es un hecho que cualquier obra que se realice debe apuntar a evacuar estos caudales de agua en tiempo y forma, estrictamente según la topografía del territorio involucrado.
• Es un hecho que la crisis sufrida días pasados por Gualeguay, similar a la del 2007, demostró que TODAS las obras realizadas y bien cobradas no resolvieron ni aminoraron en nada el problema existente, ya que la ciudad se inundó igual que entonces, afectando nuevamente a miles de familias gualeyas, con enormes pérdidas.
• Es un hecho que a los contratistas (Pitón y otros) que construyeron la Ruta Provincial 11 (2012), el canal Dowery (2013), el canal Periurbano (2014), la defensa del Dunat (2016), y otros, no les interesó realizar los estudios previos pertinentes, o no les importó que la obra no resolviera el problema.
• Es un hecho que a los distintos secretarios de obras públicas locales, responsables de estas cuestiones, tampoco les importó la solución de esta problemática, ni que el dinero de los entrerrianos y gualeyos sirviera para algo, ni que las familias gualeyas más vulnerables perdieran todos sus pertenencias.
• Es un hecho que el actual Secretario de Obras Públicas, Guillermo Antola, no se interesó en aprovechar los tres años de extraordinaria sequía para “acondicionar” el sistema de escurrimiento, limpiando y ampliando los canales, zanjas y cunetas de modo de permitir un ágil escurrido del agua llovida, ni para redimensionar la capacidad de bombeo de acuerdo a caudales extraordinarios de lluvia.
• Es un hecho que, a pesar de que el gobierno local lo negó, en las últimas lluvias, evento advertido desde varios días antes por múltiples modelos de pronóstico climático, varias bombas de extracción no funcionaron por estar rotas o quemadas y los canales estaban sucios.
• Es un hecho que días atrás, cuando todavía no se secaban las casas inundadas, José Luis Pitón, contratista del canal Periurbano y la ruta 11, hizo público, sin ningún pudor, a través de Somos Gualeguay, su interés en construir un nuevo canal que cruce la ruta 11 a la altura de los Naranjales.
• Es un hecho que José Luis Pitón ya sabía qué había que hacer, aunque no lo hizo cuando rehízo la Ruta por 60 millones de dólares, o solo le interesaba aprovechar la oportunidad para obtener un contrato de obra, sin importar si servía o no.
• Es un hecho que todos confían en que no volverá a llover por un buen tiempo, ya que aún hoy hay bombas rotas sin plan alguno de ser reparadas (continuación 9 de Julio al fondo).
• Es un hecho que a una semana de la crisis aún no hay un informe oficial de lo ocurrido, ni de los miles de damnificados, ni de los daños sufridos. Nadie ha dado explicaciones sobre lo que pasó, lo que no pasó, lo que se hará o lo que no se hará. Silencio absoluto.
• Es un hecho que en la mañana de hoy se reunieron en el despacho presidencial municipal autoridades de la Dirección de Hidráulica provincial y los contratistas locales. El encuentro fue cerrado y no se permitió a la prensa entrevistar a la visita.
• Es un hecho que José Luis Pitón se ha acercado al Poder Ejecutivo Municipal, acompañando a la Intendente Dora Bogdan en reuniones, recorridas y todo lo que tenga que ver con la inundación sufrida.
• Es un hecho el irrespeto y desprecio por la población y la opinión pública exhibido por las autoridades municipales al no dar explicaciones de algún tipo sobre lo ocurrido.
Al cabo de este repaso de hechos, y las implicancias de los mismos en la sociedad gualeya, me permito dudar de que las autoridades estén haciendo lo correcto, me permito temer que las familias gualeyas vuelvan a sufrir la desidia del poder político y empresario, y me permito sospechar que se están celebrando nuevos negociados y nuevas obras que, como siempre, en nada solucionarán la cuestión, sino que enriquecerán a unos pocos.
Triste y lamentable.
Norman Robson para Gualeguay21