Más vale tarde que nunca: Reconocen la legitimidad del fideicomiso de Ascar
A partir de que la Justicia de Gualeguay, en 2015, dictara condena por estafa en el fideicomiso creado por Alfredo Ascar, la administración del mismo pasó a manos de una hija recién reconocida, pero, en 2021, el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos y la Corte Suprema de Justicia coincidieron en que no había habido estafa, que los acusados eran inocentes, y que el fideicomiso era legítimo. De este modo, recién días pasados, la Justicia Civil y Comercial de Gualeguay reconoció aquella sentencia definitiva y determinó que el fideicomiso es legítimo.
Un poco de historia
Según el propio relato de María Andrea Martínez, en noviembre de 2007, cuando Héctor Alfredo Ascar celebró el contrato de fideicomiso, incluyendo en éste “casi la totalidad de sus bienes”, fue porque, en marzo de ese mismo año, ella lo había demandado por su filiación. Por otro lado, si bien en febrero de 2010 Martínez había renunciado a la prueba biológica, y a la filiación, a cambio de dinero de parte de Ascar, una vez que éste muere, en enero de 2011, ese mismo año reinició el juicio de filiación porque lo recibido le pareció poco.
Ahora bien, en abril de 2013, Martínez quien todavía no había sido reconocida como hija, inició la causa penal por estafa contra todos los miembros del fideicomiso, y terceros, para romper el fideicomiso y recuperar la totalidad de los bienes de Ascar. Acompañaron a la demandante en ésta causa penal los abogados Mariano e Ignacio Churruarín, del importante estudio jurídico homónimo de Paraná, quienes aún la representan y asesoran en todos los negocios que surgen de esos bienes.
Como resultado de este proceso, fueron condenados los integrantes del fideicomiso Rosa Argentina Ahibe, Francisco Gregorio Gastaldi, y Jorge Mario Rodríguez, los padres de los menores beneficiarios Marisa Cristina Almeira y Francisco Antonio Ascar, y los terceros Laura y Gregorio Francisco Gastaldi (p), a la vez que se declaró la falsedad ideológica del fideicomiso.
Una vez conocida esta sentencia, en el año 2015, los Dres. Churruarín, en nombre y representación de María Andrea Ascar, con patrocinio letrado del Dr. Roberto A. Cosundino, pidieron la nulidad del fideicomiso realizado por Ascar. Mientras tanto, la Jueza Teresita Ferreyra, al frente del Juzgado Civil y Comercial N° 2 de Gualeguay, en el cual recayó la causa, nombró a Martínez administradora del fideicomiso.
De ese modo, desde el 2015 hasta hoy, Martínez, acompañada por los Churruarín, manejan los bienes que fueran de Héctor Ascar, con el conocido balneario local Paso de Alonso.
Pero todo esto comenzó a desmoronarse con los sucesivos reveces que tuvo la causa penal en las instancias superiores, en especial en el Superior Tribunal de Justicia y en la Corte Suprema de Justicia, donde, finalmente, quedó definida, definitivamente, la inocencia de los condenados y la legitimidad del fideicomiso.
Ahora bien, tal vez conociendo la injusticia penal cometida, e intuyendo un final poco feliz, Ferreyra ignoró lo dispuesto por.las alzadas y nunca dictó sentencia, sino que mantuvo cajoneada la causa durante casi 7 años.
El principio del final
Este año, luego de la renuncia de Ferreyra, la Dra. Rosa Fernández se hizo cargo del Juzgado, desempolvó el expediente, y, el pasado 17 de noviembre rechazó todos los pedidos de la hija, quedando así legitimado el fideicomiso.
La nueva Jueza fundó su resolución en el artículo 1777 del CCCN, el cual reconoce la “inexistencia del hecho, de autoría, de delito o de responsabilidad penal”, y determina que “si la sentencia penal decide que el hecho no existió o que el sindicado como responsable no participó, estas circunstancias no pueden ser discutidas en el proceso civil”.
De este modo, la Dra. Fernández le puso el primer punto final a este vergonzoso proceso pergeñado en Gualeguay en el año 2013 y tuvo por víctimas a 6 inocentes.
Lo que se viene
Ahora queda por ver si los Churruarín y Martínez apelan, y hasta donde apelan, aunque se descuenta que no podrían revertir la legitimidad del fideicomiso, lo cual significa que, tarde o temprano, cuando se acaben las instancias y la legitimidad del fideicomiso quede firme, deberán restituir en sus funciones a quienes fueron elegidos por Alfredo Ascar al crearlo. Del mismo modo, tarde o temprano, también deberán rendir cuentas sobre lo actuado durante éstos últimos 7 años, detallando los gastos, las rentas y todo lo relevante.
Recién entonces se dará el último punto final a éste atropello sobre bienes y personas que no debería quedar impune.
Norman Robson para Gualeguay21