Advierten sobre la realidad energética
En Argentina la energía depende fundamentalmente de las fuentes fósiles, cada vez más escasas en el país y necesarias para mover los motores de la generación eléctrica.
De hecho, hace algunos años especialistas en el tema, como Jorge Lapeña, secretario de Energía de la Nación durante la presidencia de Raúl Alfonsín e integrante del Instituto Argentino de Energía General Mosconi, ya advertían que la Argentina estaba viviendo una crisis y que el problema se agravaría.
En una visita a la UNL en 2009 expuso que los hidrocarburos, que constituyen casi el 90 por ciento de la energía primaria de la Argentina, presentaba “una situación altamente comprometida”.
Otro de los visitantes de aquel momento, Félix Herrero, del Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (Moreno) y ex presidente de Salto Grande y Yacyretá, decía que era necesario depender cada vez menos de los hidrocarburos, porque son un tipo de energía que no se renueva y que además perjudica el ambiente.
“El mundo la está utilizando cada vez menos. Debemos utilizar energías limpias como el sol, el viento, la marea o el hidrógeno”, según su perspectiva.
En este sentido, Román Buitrago, docente de la UNL, coincidió con los ex funcionarios: “Hoy Argentina está muy dependiente del gasoil. En las últimas inversiones, en Santa Fe fuimos privilegiados, porque se invirtió mucho dinero en dos centrales que hay en Sauce Viejo (Central Brigadier Lopez, de 400 Mw) y en Timbues (Gral San Martin, de 800 Mw), que son las últimas obras que ha hecho el gobierno nacional, que tienen unos 1.200 Megavatios (Mw) de potencia y son a gas.
En San Nicolás hay otra, pero no todas son así. Sucede que es en esta línea por donde pasa el gasoducto, pero no se puede hacer más porque no se hace el famoso gasoducto del norte. Desde Bolivia podría llegar el doble de gas, pero no hay cómo transportarlo, no hay cañerías.
De este modo, nos encontramos con otro problema de infraestructura. El plan estuvo, el proyecto también, que fue el escándalo de Skanska, que se cortó allí y no se tocó más el tema. De manera que si hay más centrales, también es un problema porque no hay gas”, argumentó.
Prensa UNL