Alarma por la calidad del agua potable
A raíz de la disposición de prohibir el consumo de agua corriente en el edificio de los Tribunales locales, corrió la alarma en la sociedad respecto de la seguridad sanitaria en la red de la ciudad.
Según expuso ayer lunes por la noche en su programa televisivo el periodista Julián Cosso, habrían surgido problemas graves en la calidad del agua corriente del palacio judicial local, lo que motivó que la superintendente, la Dra. María Angélica Pivas, dispusiera la prohibición del consumo de la misma en las dependencias judiciales de la ciudad, Tribunales, Juzgado de Trabajo y Juzgado de Familia, y se dispusiera para las mismas la provisión inmediata de dispensers.
Conocido este problema, Cosso se preguntó al aire en qué condición estará el agua en el resto de la red pública, siendo que las escuelas Castelli y Chiclana se encuentran muy cerca de estas dependencias, y cuáles eran las acciones que realiza el municipio para garantizar la calidad del agua a los ciudadanos.
Ante la gravedad de la información, desde Gualeguay21 se dialogó con especialistas locales, de Gualeguaychú y de Santa Fé, quienes coincidieron en remarcar lo delicado del tema agua corriente y sus controles, y destacaron que los protocolos generalmente establecen tres controles diarios, tanto bacteriológicos como físico-químicos, por cada fuente de agua, y dos controles anuales sobre metales pesados.
De esta manera, aseguraron los especialistas, cumpliendo los protocolos se mantiene un estricto monitoreo de la provisión de agua y se sabe cómo actuar ante cualquier desvío importante garantizando que no impacte en la salud de la población.
Conocidos los conceptos de los especialistas, Gualeguay21 se interiorizó en la operatoria llevada a cabo desde la Municipalidad en el cumplimiento de algún protocolo de control y corrección.
De acuerdo a lo indagado, la Municipalidad carece de cualquier protocolo, y solo realiza exámenes bacteriológicos cada quince o treinta días en alguna de las fuentes de provisión, mientras que no se pudo conocer cuándo ni dónde fue la última vez que se realizó un análisis físico-químico. Menos se pudo acceder a cualquier información sobre un examen de metales pesados.
Por otro lado, a los efectos de conocer la situación en otras comunidades, procedimos a consultar municipios de ciudades vecinas, y todos confirmaron que cumplen sus protocolos con mayor o menor rigor, y los resultados son parte de la información pública que ponen a disposición de la comunidad.
Del mismo modo, para saber sobre el impacto que puede tener la falta de un debido control en la salud pública local, ante la consulta de Gualeguay21, profesionales advirtieron que la ausencia de control permitiría “anomalías en materia de calidad físico-químicas y bacteriológicas que pueden significar la exposición de la comunidad a un alto riesgo sanitario, ya que el agua potable, sin la debida desinfección, puede ocasionar enfermedades como hepatitis, tifoideas, giardiasis, y colitis agudas, entre otras, sin descartar el cáncer o el daño neurológico que puede ocasionar la contaminación con metales pesados tipo plomo, aluminio y cromo”.
Finalmente, cabe recordar que a principios de agosto de 2013, la edil Rosana Reynoso presentó un proyecto de ordenanza que pretendía establecer un protocolo para el control del agua potable y su red de distribución domiciliaria, el cual, luego de más de un mes, fue desestimado por el bloque oficialista e impuesto el voto por la negativa.
De este modo, más allá de las características del caso de Tribunales, el cual no ha de escapar a la media de toda la ciudad, el agua potable de la red pública de la ciudad de Gualeguay no gozaría de las garantías mínimas para el consumo humano.
Esto es así por la ausencia de un protocolo de control y, más allá de ello, por el incumplimiento arbitrario de los controles mínimos sobre la calidad de agua que consumen los gualeyos.
Por último, cabe remarcar la contradicción de que una ciudad como Gualeguay no pueda confiar en su agua potable cuando todos los días inaugura fuentes ornamentales.
Norman Robson para Gualeguay21