Apenas inocentes que cayeron en la trampa

.
En plena campaña, La Libertad Avanza se ilusionó con conquistar con votos los bastiones más coptados por el populismo kirchnerista. Y no digo peronista porque la ideología ya no tiene nada que ver con esto. En realidad, a los libertarios les hicieron creer que iban a ganar para que su lógica y razonable derrota fuese una gran victoria para los populistas. Tal es así que hasta piden el helicóptero. La pregunta es cómo alguien se creyó qué iban a ganar. Los jodieron.

Para entender esto dividamos el electorados en tres tipos: las huestes mal llamadas militantes que vivían de las prebendas, otrora pobres que zafaban pero que hoy están sumidos en la más profunda pobreza; la masa que, a la largo de la historia, fue convencida de que el Estado debe sacarlo de sus problemas sea como sea, y no entiende que ese Estado ya se fundió; y, por último, aquellos que saben leer la historia y tienen claro que si en casa nadie labura y produce recursos, al cabo del tiempo los ahorros se agotan y el crédito también.

Por otro lado, fue evidente que, a lo largo de la campaña, la elección de diputados y senadores se polarizó, ciertamente a propósito, entre aquellos que irían a favor y aquellos que irían en contra de Milei.

Ante este cuadro, no tengo idea de qué proporción tendrá cada tipo de los electores planteados, pero deben ser proporciones bastantes importantes. Tampoco sé si del primer tipo votaron todos en contra de Milei, ni si así lo hicieron los otros. Pero sí me sirve para confirmar que los resultados del domingo respondieron a lo lógicamente esperable.

¿Porqué?

Simple. La desesperación imperante en los sectores más comprometidos ante la nueva realidad económica, la incomprensión de otros imposibilitados de justificarla y aceptarla, y la antipatía de las decisiones tomadas por el gobierno, más una gestión que nunca adecuó esas decisiones a ganar votos en las elecciones, no hacían esperar otra cosa.

Pensar que en todo ese universo bonaerense abunda gente que nunca trabajó y el Estado siempre le financió la vida a cambio de pertenencia política. Esa gente hace casi dos años que está mal, y solo sobrevive porque le prometen volver. También abunda gente que lo votó a Milei, pero que no se anima a seguir votándolo, porque se sintió traicionada por algunas de las últimas medidas. Y hay gente que, aunque cree que está bien lo que quiere Milei, la situación la obliga a votarle en contra.

Entonces…

Frente a todo esto, me cuesta creer que el resultado de ayer haya sido una paliza, menos que justifique pedir el helicóptero, ni, mucho menos, que sea una señal que advierte el regreso al pasado. No creo que el pueblo le entregue nunca más el poder a quienes se enriquecieron con su miseria, a quienes lo sumergieron en el 70 porciento de pobreza, inseguridad, deseducación, desempleo, etcétera, etcétera, y hoy viven en la opulencia.

En síntesis, rescato de lo ocurrido un mensaje claro de la sociedad bonaerense: “Si gobernás según lo que necesita la Nación, y no para obtener votos, agárrate fuerte porque te vamos a voltear”.

Igualmente, es solo la provincia más grande, no el país, y fueron elecciones legislativas, no ejecutivas. Ojo con eso, que el argentino no se escupe su asado.

Norman Robson para Gualeguay21