Apuestan fuerte a la cadena ovina entrerriana
Allá por los años 80s, frigoríficos como Finexcor y Subpga, en Buenos Aires, faenaban miles de cabezas ovinas, tanto para la exportación como para el consumo interno, pero, por diferentes cuestiones, dejaron de hacerlo y la carne de cordero desapareció de la mesa argentina. Cuatro décadas después, a pocos kilómetros de Gualeguay, en la estancia La Libertad, actores de toda la cadena ovina, identificados por una misma pasión y una misma visión, se reunieron con la excusa de una jornada educativa para estudiantes y de un encuentro de criadores de Romney Marsh. Fue una oportunidad para quienes apuestan a recuperar la cadena ovina entrerriana para avanzar en ese sentido.
El lugar del encuentro fue La Libertad, y a la cita concurrieron productores, prestadores de servicio, profesionales, dirigentes, funcionarios, comunicadores, y estudiantes de la Universidad de Lomas de Zamora vinculados a la producción ovina. Más allá de los títulos, el objetivo, bien logrado, fue seguir cerrando filas detrás de un proyecto común: poner en marcha la cadena ovina entrerriana, un viejo anhelo que nació con la Ley Ovina, dos décadas atrás. Actores públicos y privados que vienen demostrando su compromiso con este proyecto invirtiendo su tiempo y su dinero en majadas, en genética, en tecnología, y en infraestructura.
Un ejemplo de esto es la anfitriona del encuentro, la Cabaña La Libertad, quien, fiel al legado de Doña Sara, desde hace unos años busca repetir con ovinos el éxito demostrado en angus y percherón. Otro ejemplo es la gente del CLIA, Centro Litoral de Inseminación Artificial de Urdinarrain, único en la provincia, que amplió sus calificados servicios de inseminación y trasplantes de embriones en vacunos, ahora a los ovinos.
También es un ejemplo el frigorífico para ovinos y caprinos de Gobernador Mansilla, fruto de una alianza entre el Gobierno Provincial y los productores agrupados en una cooperativa. Y no menos ejemplar es la militancia incondicional de la dirigencia, luchando desde las entidades y desde la Mesa Ovina por lograr una aplicación conveniente de la Ley Ovina, así como lo es la tarea formativa de la Universidad de Lomas de Zamora, especializando sus estudiantes en la producción de esa especie.
¿Porqué tanta pasión? Pasa que, más allá de la discusión sobre si lana, carne o ambas, la cadena de valor ovina significa una más que interesante alternativa económica para las pymes agropecuarias de la provincia, donde un 80 porciento del stock está distribuido en majadas menores a cien cabezas, en un concepto mayoritariamente de subproducto informal, y no en un concepto de producción formalizada, especializada, tecnificada, e integrada a la cadena de valor ovina.
De este modo, el sueño, o desafío, de todos estos actores reunidos en lo de la familia Berisso, es blanquear primero y hacer crecer después la majada provincial. Para lograr eso, deben poder formalizar ese 80 porciento, sumar nuevos emprendimientos, grandes y chicos, y normalizar toda la producción en un estándar de calidad acorde a la demanda. Para ello, cuentan con un único argumento: la rentabilidad, y un único escollo: lograrla en unidades económicas pequeñas. Eso es lo que hoy los preocupa y ocupa.
Por último, vale rescatar, y poner en valor, que, en estos tiempos de crisis, económicas y de las otras, estos apasionados cultores del mundo ovino no bajan los brazos en ninguno de sus frentes, y, de a poco, en la medida que la realidad les afloja un poco la cincha, avanzan hacia ese objetivo común. Un conocedor llegado del sur a este encuentro supo reconocer, y resaltar, esa llama que distingue a los entrerrianos, esa que se enciende en proyectos de esta envergadura. Tal vez, gracias a esa llama, las voluntades sobrevivieron a las contingencias del tiempo, y, también, alcancen el éxito.
Quién dice que en un futuro cercano no nos sorprendamos comiendo costeletas con puré, o unos ricos ravioles con estofado, o picando un exquisito queso, o abrigándonos con un lindo suéter, todo con el sello de calidad de la majada entrerriana.
Norman Robson para Gualeguay21