Caminera: Multas de $150/300 mil por olvidar prender las luces

Las relaciones entre vecinos de Enrique Carbó y Gualeguay son cada vez más intensas y así crece la frecuencia con que éstos recorren los casi 3 kilómetros que separan éstas poblaciones. Como se trata de gente común que lo hacen por trabajo, por salud, o por cualquier mandado, muchos olvidan encender las luces de posición al salir a la ruta. Según se pudo saber, muchos de estos desafortunados vecinos están siendo sorprendidos en el puesto caminero, donde, en lugar de advertirles sobre el error, ahora directamente se los infracciona compulsivamente con multas de 150.000 pesos si la pagan “a voluntad”, o, si no, 300.000 pesos. A tener cuidado.
El control caminero está ubicado sobre la ruta nacional 12, entre el cruce con la ruta provincial 16 y el ingreso al Puente Pellegrini, a unos dos kilómetros de Carbó y a uno de Gualeguay. En ese punto confluye todo el tránsito entre el sur, Gualeguaychú, Uruguay y Buenos Aires, y el norte, oeste y centro de Entre Ríos, Corrientes y el resto de la Mesopotamia. Un tránsito mixto entre transporte de cargas y vehículos particulares.
Entre todo este tránsito, cada vez son más los vecinos de Gualeguay y Enrique Carbo que, en su rutina diaria, se mueven entre una y otra ciudad por variadas cuestiones. Muchos de ellos son frecuentes, de varias veces al día, y otros más ocasionales, algunos en autos último modelo, y otros en unos no tan modernos.
Cabe recordar que el artículo 47 de la Ley Nacional de Tránsito indica que, “mientras el vehículo transite por rutas nacionales, las luces bajas o las luces diurnas permanecerán encendidas, tanto de día como de noche, independientemente del grado de luz natural, o de las condiciones de visibilidad que se registren, excepto cuando corresponda la alta y en cruces ferroviales”.
Del mismo modo, vale señalar que las nuevas generaciones de vehículos vienen con sistema DRL (Day Time Running Light) incorporado, no así los más viejos. Es por esto que muchos autos particulares aún circulan por la ciudad sin las luces diurnas.
Ahora bien, si bien es cierto que las leyes están para cumplirlas, y desde 2012 la luz de marcha es obligatoria en las rutas, también es cierto que no lo es dentro de la ciudad, donde no se exige. Es por esto que este puesto caminero ha sido siempre consciente de ello y, por lo tanto, tolerante con estos vecinos cuando olvidaron encender sus luces.
Pero esa política de civilizada tolerancia parece haber terminado, y de forma abrupta, ya que, desde hace unos días, a aquellos asiduos vecinos que por ahí pasan, se los sorprende con multas tan compulsivas como exageradas, y a “cara de perro”. A este “sorpresivo” cambio de política, se suma, por un lado, el exagerado monto de la infracción, y, por el otro, un curioso descuento del 50 porciento si se paga “a voluntad”.
En síntesis, si algún vecino atraviesa por ese puesto caminero, no importa si es trabajador o jubilado, si es conocido por la frecuencia en que pasa por ahí y se sabe quién es y a dónde va, si olvidó prender las luces, lo detienen y lo infraccionan con una multa de $150.000.- si paga “a voluntad”, y, si no, $300.000.-. Un monto que puede descolocar a cualquier persona común.
Norman Robson para Gualeguay21