14 mayo, 2025 8:02 am
Rectángulo Image

Cerrarían otra residencia: el Hogar San Juan Bosco

San Juan Bosco

En estos tiempos de crisis económica y social, en que nos horrorizamos por un 70 porciento de chicos en la pobreza, y en situación de vulnerabilidad, las políticas de protección de derechos de los niños deberían estar al tope de la agenda social. A pesar de este cuadro de situación, las autoridades del Hogar Escuela San Juan Bosco avanzan en el cierre de su residencia. Una trama en la que, a la mera desidia, se suman las valiosas propiedades en juego, los intereses de la iglesia y los caprichos egoistas de sus autoridades.

Estos días trascendió en distintos ámbitos de Gualeguay la intención de la propia Comisión Directiva del Hogar Escuela San Juan Bosco de cerrar la residencia. Al mismo tiempo, se supo que la decisión de las autoridades, al igual que cuando se cerró el Hogar de Niñas en el 2020, obedecería al cansancio de los directivos y a la poca demanda de internación. En este caso, a diferencia de aquel, las autoridades contarían con el apoyo de la curia surentrerriana.

Cabe recordar que el San Juan Bosco es un hogar y escuela fundado gracias al aporte de propiedades por parte de una familia local para cumplir con esa misión. El mismo se encuentra emplazado en un sector estratégico de la ciudad, sobre la semipeatonal San Antonio, en pleno centro comercial, a la vez que cuenta con otras propiedades.

Actualmente, la residencia tiene alojados a doce niños, el total de su capacidad habilitada, mientras la escuela funciona de forma independiente, dictando clases para un centenar de alumnos, aunque ninguno de los internados asiste a la misma.

También cabe recordar que la controvertida dirección de esta institución viene siendo la misma desde hace décadas, caracterizándose tanto por su recelo respecto a sus procederes, como por su indiferencia hacia las normativas vigentes. Prueba de esto fue aquel sonado caso de abuso sexual contra una de las criaturas allí internadas, el cual se pretendió ocultar, y que finalmente trascendió a la Justicia con un dudoso desenlace.

Cabe resaltar que no se trata de una empresa privada, sino de una sociedad civil, patrimonio de la sociedad gualeya, dirigida por una comisión de vecinos interesados en su misión. En este caso, la gestión se mantuvo desde hace mucho tiempo en las mismas manos, apropiándose de la institución y de sus destinos. De este modo, si se tratara de una cuestión de “cansancio”, bien podría su padrón social elegir nuevas autoridades. Esto sería coherente con el trascendido sobre que motivaría ese “cansancio” su desacuerdo con las pautas definidas desde el Estado, tanto para la residencia como para la educación.

Por otro lado, es indiscutible que esta decisión no obedece a una falta de demanda, ya que abundan, y aumentan, los niños, niñas y adolescentes vulnerables y desamparados a lo largo y a lo ancho del país. Tal es así que, días pasados, acá en Gualeguay, una niña se volvió a escapar de su casa, una menor cuya situación crítica había sido advertida al Copnaf repetidas veces desde el año pasado, sin solución alguna. Éste es solo un caso de tantos que hay en esta ciudad.

Cabe resaltar que en Gualeguay, en pocos años, se cerró el Hogar de Niñas, ahora quieren cerrar el San Juan Bosco, y ya también trascendió que el Hogar Granja seguiría el mismo camino.

Por lo tanto, no resulta comprensible que motiven este cierre, ni la falta de demanda de menores vulnerables, ni, mucho menos, el cansancio de sus directivos. De ese modo, cobra cuerpo la sospecha que trascendió sobre que habría un interés cierto del arzobispado en quedarse con ese valioso edificio, aunque no se supo nada sobre el destino de las demás propiedades: otro edificio y un campo.

Lo que sí es cierto e indiscutible es que resulta descabellado cerrar una institución de este tipo. Sin dudas, cualquier medida debería apuntar más al cierre de la escuela, ubicada entre varias alternativas a la redonda (Castelli, Normal, Chiclana), y a la ampliación de la residencia, que a cerrar ésta última.

Por último, se supo que la intención del Copnaf, ante el cierre de la residencia, sería distribuir los niños del San Juan Bosco entre las residencias María Madre y Providencia. De esta manera, quedarían sellados los destinos de una docena de niños, y de muchas docenas más a las que nadie da soluciones. Así sería mientras la sociedad gualeya no reaccione, exigiéndole soluciones al Estado, participando, y hasta renovando la comisión directiva de esa entidad.

Norman Robson para Gualeguay21

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *