6 noviembre, 2024 4:13 pm
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Clubes sociales: Un mismo presente, un mismo desafío

Cualquier institución que se precie de tal debe velar por preservar el sentido de su fundación. En el caso de los clubes sociales, éstos nacieron a principios del siglo pasado como un lugar de encuentro para un exclusivo sector de la sociedad. Pero los tiempos fueron cambiando, y éstas instituciones, desde hace un tiempo, sufren la necesidad de replantear su razón de ser. Esa es una de las inquietudes que motivó el encuentro de presidentes de clubes sociales entrerrianos celebrado ayer martes en el Club Social de Gualeguay.

Hacia fines del siglo XIX y principios del XX, la Argentina se desarrollaba como granero del mundo gracias al impulso dado por la Generación del 80. Los grandes protagonistas eran los ferrocarriles, los puertos, los inmigrantes, y las nuevas ideas políticas de la época. Eran tiempos en que la Nación ya no estaba en manos de la aristocracia criolla, sino que el ritmo lo marcaba una elite social compuesta de terratenientes, ganaderos, banqueros, industriales y politicos.

En aquel contexto nacieron gran parte de los clubes sociales de este país, como reductos elitistas cerrados de una clase dirigente que allí se encontraba para distraerse y distenderse, aunque en el seno de estos ámbitos se gestaron los grandes avances de sus sociedades. Al mismo tiempo, muchos se erigieron como albaceas culturales de los patrimonios artísticos de sus comunidades.

Ahora bien, desde entonces, la sociedad enfrentó distintas transformaciones, con cambios en las costumbres y formas de vivir, y con cambios en las necesidades de la sociedad. Desde entonces, la Argentina atravesó la crisis del 30, el peronismo, la subversión, la dictadura y la democracia, mientras el mundo soportó dos grandes guerras, el hombre llegó a la luna, y las nuevas tecnologías dieron vuelta la vida de la Humanidad. Esta evolución fue obligando a los clubes a modificar sus estructuras, y sus prestaciones, o, en síntesis, a ir cambiando su oferta a sus socios.

Cabe recordar que las estructuras, no solo de los clubes sociales, sino las de todos los clubes, se sustentan con las cuotas de sus socios, razón por la cual el valor de éstas y la cantidad de socios son vitales para su supervivencia. Este esquema ya viene en crisis desde hace mucho tiempo y, por su aporte social, es sostenido en gran parte por el Estado.

Si bien las gestiones al frente de los clubes siempre procuraron estar “al día” en esta vertiginosa evolución, lamentablemente, siempre fueron quedando atrás, y cada vez más, con todo lo que eso significa, tanto para las entidades como para sus comunidades.

Así es que, desde comienzos de este nuevo siglo, las autoridades de estas instituciones se vienen planteando la necesidad cada vez más imperiosa de reinventarse y “abrirse” a la sociedad. Un desafío sensiblemente complejo y difícil considerando los tiempos socioeconómicos que atraviesan.

De ésto se trata este acercamiento entre clubes sociales de Entre Ríos que ayer martes tuvo un nuevo encuentro en Gualeguay. Esta vez se reunieron las autoridades de los clubes sociales de Paraná, Gualeguaychú, Victoria, y la anfitriona. Sobre la mesa pusieron sus realidades particulares, las cuales se suman a ese necesario replanteo mencionado. Así, los desnutridos padrones sociales, el retrasado valor de las cuotas societarias, junto a las buenas y malas costumbres de los socios, y las escasas prestaciones que se les ofrece, fueron los temas abordados durante el encuentro.

En este marco, el rol cultural de estos clubes se fue insinuando como uno de sus argumentos más relevantes, el cual podría ser eje central de cualquier replanteo y apertura hacia la sociedad. Esto obligaría a las nuevas gestiones a imprimir una mayor dinámica a esa actividad, yendo más allá de la pasiva cura de arte hacia un activo y dinámico concierto de propuestas que convoquen a sus comunidades. Eventos y prestaciones que promuevan el acercamiento de la gente al club y la seduzcan a ser parte del mismo.

Finalmente, el tema quedó instalado y algunas estrategias fueron bosquejadas, pero el desafío sigue. Lo que sí es digno de destacar es el compromiso de las autoridades, quienes se muestran decididas a tomar este toro por las astas hasta lograr replantear la dinámica de sus instituciones.

Norman Robson para Gualeguay21

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