21 enero, 2025 11:07 am
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Como debería ser un jefe de prensa

Ante varios argumentos surgidos en distintos ámbitos del rubro sobre cuál es el perfil adecuado para un responsable de prensa, investigué sobre el tema para determinar cuáles deberían ser los atributos del mismo.

Realicé este trabajo basándome en la compilación de diferentes artículos específicos sobre el tema y tomando en cuenta algunos casos concretos de mi corta experiencia.

 

 

 

En este sentido, llegué a las siguientes conclusiones:

Un jefe de prensa…

Debería estar comprometido con el proyecto del cual participa y del cual debe ser buen difusor, pero nunca debería ser un mercenario de la información, un oportunista indiferente a cualquier impronta mientras que los beneficios sean buenos.

Debería ser un conocedor de las cuestiones políticas, económicas y sociales que hacen a una gestión, pero nunca debería ser un improvisado arribista e ignorante que no le interesa la realidad de su localidad.

Debería tener una formación, o una trayectoria en su defecto, que lo hagan capaz de planificar y ejecutar una gestión de prensa, pero nunca debería ser un impotente intelectual cuyos únicos recursos sean la extorsión y la coacción.

Debería ser un probado redactor y editor, en extremo respetuoso del oficio, pero nunca debería ser un discapacitado comunicacional, cuasi analfabeto, desprovisto de cualquier dote humanística.

Debería ser un interlocutor válido con todos, absolutamente todos, los actores de la prensa y difusión de su ámbito, pero nunca debería ser una persona mezquina y limitada divorciada de todos los códigos éticos y morales.

Debería ser un cuadro funcional, pero nunca debería ser un grano en el trasero del líder de esa gestión.

En definitiva, el jefe de prensa debería ser un ejemplo en todas sus manifestaciones proyectando una imagen en extremo positiva de una gestión, ya que es su reflejo genuino.

Todo esto así lo testifican muchos jefes de prensa que honran u honraron su cargo con excelentes resultados para la imagen de una gestión.

Y así lo testifican, también, muchos jefes de prensa que fracasaron en su cargo por mediocres e inútiles.

Aunque también hay otros casos, que son la excepción a la regla, y que prevalecen a pesar de todo.

Esto siempre depende exclusivamente de la decisión del líder de la gestión, quien puede optar entre un buen servicio, que contribuya a su gestión, o sucumbir ante la mediocridad.

Norman Robson para Gualeguay21

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