15 mayo, 2025 11:05 pm
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Como si el virus hubiese llegado ayer

En la mañana de ayer jueves, después de casi 15 meses de pandemia, las autoridades sanitarias locales a pleno ofrecieron una conferencia de prensa para reclamar por la saturación del sistema de salud, el cual, curiosamente, es de su exclusiva responsabilidad. A lo largo de una media hora, ocho profesionales, aparte de lamentarse por la situación actual, culparon, con escalofriante elocuencia, de todo lo que está pasando al virus, a las nuevas cepas, a los pacientes y, con especial dedicación, a la gente. 

El escenario elegido en esta oportunidad fue el exterior del hospital, al aire libre, donde, por separado de la Municipalidad, las autoridades sanitarias locales, aquellas que deberían gobernar la salud de Gualeguay, aprovecharon para victimizarse por la situación, y deslindar cualquier responsabilidad en lo que está pasando, repitiendo que faltan camas, que faltan insumos, que los contagios siguen siendo altos, que hay muchos profesionales aislados, que aumentaron mucho los hisopados, y más los positivos, y que la cepa es mucho más agresiva.

Tal fue el tono de los lamentos vertidos en la conferencia, que se repitieron expresiones como “no damos más”, “estamos cansados”, “no podemos dormir”, “trabajamos en forma precaria”, “los pacientes demandan mucho trabajo”, “es una guerra”, “ahora se enferman los jóvenes”, “hacemos lo que podemos”, y referencias como que a la gente no le importa porque “los muertos no son sus muertos”, siempre recordando la falta de responsabilidad individual de la sociedad, que no usa bien el barbijo, que no se cuida, que come asados, etcétera, etcétera.

En este sentido, los Dres. Jorge García y Javier Jáuregui, acompañados por los profesionales Josefina Amarillo, Fabiana Heinrich, Andrea Demarchi, Anabela Moreno, Gustavo Moreno y Marcelo Osman, quienes cobran mensualmente del Estado, coincidieron en defender las restricciones y el estricto aislamiento o confinamiento, a la vez que reiteraron, casi a coro, la necesidad de quedarse en casa mientras se esperan las ya retrasadas vacunas, ya que “otras medidas no se conocen en el mundo”.

En una magistral puesta en escena, las autoridades olvidaron los casi 15 meses transcurridos de esta crisis sanitaria sin precedentes, a lo largo de los cuales mucho dijeron que harían, pero nada hicieron, para evitar este colapso, y, como si eso no bastara, ocultaron sistemáticamente información sobre el avance del virus, respondiendo más a intereses políticos y personales que a los de la comunidad de su responsabilidad. Tan es así que, consultado por uno de los periodistas presentes sobre porqué no se publicaban los números reales sobre lo que está ocurriendo, algo indispensable para el gobierno de la pandemia, el director del nosocomio eludió responder diciendo, primero, que no puede hablar por el ministerio, y, luego, describiendo la falta de recursos que adolecen todos los nosocomios de la provincia. 

Por último, el controvertido jefe de ginecología, tal cual ya es su costumbre, brindó un discurso seudopolítico manifestándose “altamente preocupado” por los 50 muertos acumulados, y, en una muestra clara de su prepotente desubicación, advirtió a la ciudadanía que no escuchen otras informaciones, que hagan caso omiso de lo que diga cualquiera que no sea el hospital San Antonio, y que no crean en el periodismo, ni le hagan caso a ningún juez.

Como saldo de esta exhibición de victimizaciones, lamentos y culpas ajenas, se puede concluir que la vida de cualquier ciudadano “culpable” de contraer el virus depende de una lista de espera manejada por profesionales convertidos en meros funcionarios asalariados, quienes parecen haber olvidado que una vez juraron que desempeñarían su profesión con conciencia y dignidad, que no permitirían que nada se interponga entre su deber y su enfermo, y que tendrían un absoluto respeto por la vida humana.

Norman Robson para Gualeguay21