Comparaciones odiosas de un primer año de gestión

A un año de las nuevas gestiones de Javier Milei en la Nación, de Rogelio Frigerio en la Provincia, y de Dora Bogdan en la Municipalidad, es oportuno evaluar éstas según su grado de gobierno. Este análisis se puede basar en el desempeño de cada uno en las tres responsabilidades que implica gobernar: La administración de la cosa pública, el ordenamiento de la convivencia, y el desarrollo integral de su sociedad. En base a lo observado a lo largo del año, la realidad no deja de ser preocupante.
El objetivo se este artículo es ponderar las gestiones de los gobiernos nacional, provincial y local según el cumplimiento de sus responsabilidades. Analizar cómo administraron los recursos, cómo ordenaron la vida de sus gobernados, y cómo propiciaron su progreso, durante los primeros doce meses de su mandato, sin dejar de pensar que faltan tres años más.
Milei
En lo nacional, el nuevo presidente ha implementado políticas diametralmente opuestas a las históricas de los gobiernos populistas de uno y otro color que llevaron al país a niveles de degradación sin antecedentes. Pobreza e inflación fueron el saldo de nuestra historia inmediata, pero éstas fueron resultado indiscutible del desgobierno.
En su primer año de gestión, en lo que hace a la administración, Milei redujo drásticamente el Estado, suprimió la emisión de billetes, y se concentró en eficientizar todas las tareas del gobierno, lo cual le permitió reducir la inflación y ya comenzó a reactivar la economía con resultados sorprendentes.
De ese modo, el nuevo presidente estableció un nuevo escenario que obliga a los demás estados provinciales y municipales a adecuarse al mismo y a replicar políticas de gobierno similares de austeridad y eficiencia.
En lo que se refiere al orden, asumió rápidamente su autoridad e impuso el respeto por las normas y su cumplimiento en general, facilitando y pacificando la convivencia de todos y en todos lados, a pesar del rechazo de los sectores más bendecidos en el pasado.
Finalmente, en lo que respecta al desarrollo, éste aún está pendiente, pero lo alcanzado en términos administrativos y de ordenamiento, junto con su proyección internacional, apunta a facilitarlo, alentarlo e impulsarlo una vez que llegue el momento.
Frigerio
Por otro lado, en lo provincial, el flamante gobernador llegó después de dos décadas de populismo peronista con una propuesta populista no tan diferente. Pero, al ganar las elecciones, y también hacerlo Milei, todos sus planes se desmoronaron, y aún no se ha adaptado al nuevo escenario de austeridad y eficiencia que requiere gobernar.
Tal es así que, en lo administrativo, no ha reducido significativamente el Estado, ni ha elevado la calidad de sus funcionarios, ni ha reducido sus gastos, lo cual redunda, inevitablemente, en una ineficiencia muy similar a la de los gobiernos provinciales anteriores.
Del mismo modo, el ordenamiento de la provincia sigue librado a su suerte, tanto en el aspecto legislativo, como en lo que se refiere a la justicia y a la seguridad. Mientras tanto, sin recursos de la caja nacional, y sin generar recursos propios, la infraestructura pública se sigue desmoronando poco a poco.
Bogdan
Por último, en lo municipal, la gestión de Bogdan no solo no se ha adaptado al nuevo modelo nacional de “no hay plata” y “gobernar”, sino que tampoco ha podido cumplir con las responsabilidades mínimas de gobierno.
En lo administrativo, aquello queda en evidencia ante la ausencia total de eficiencia, propia de la falta de capacidad o de interés de los funcionarios. Esta baja calidad funcionarial repercute en todas las aristas de la gestión, pero, en particular, se evidencia en la realidad de la ciudad y en la ausencia del Estado, en especial en obras y servicios públicos.
A lo largo de este primer año, ésto impactó particularmente en el ordenamiento de la ciudad, ya que la ineficiencia e ineficacia señaladas en el párrafo anterior se tradujeron inexorablemente en desorden, despertando serias dudas sobre el interés de la gestión en cumplir con sus responsabilidades, o sobre su capacidad de hacerlo.
Por último, en lo que a desarrollo se refiere, nada se ha hecho, ni siquiera lo que sí se podría haber hecho. La oferta de empleo cae, crecen las persianas bajas en las arterias principales, y la oferta turística tiende a desaparecer, mientras lo escaso bueno se mezcla con lo mucho intrascendente, y todo a escondidas del pueblo.
Las inundaciones, el cierre del frigorífico municipal, el viejo balneario encerrado, el Encuentro de Batucadas expulsado, la fecha del Rally cancelada, la Fiesta del Deporte suspendida, eventos antes públicos ahora tarifados, el tránsito cada vez peor, el creciente basural convertido en cementerio, la iluminación apagada, una nueva arenera en Puerto Ruíz, un carnaval organizado como siempre, y el eterno silencio oficial, son solo hechos, no opiniones, de una realidad gualeya que los vecinos temen sufrir por tres años más.
Conclusión
Mientras Milei y su política se consolidan a nivel nacional, y los argentinos lo celebran, Frigerio y Bogdan todavía sueñan con el regreso a aquel pasado de generosas coparticipaciones. Ni uno ni otro toman medidas de fondo, sino que hacen la plancha, no solo retrasando lo inevitable, sino degradando el bienestar de sus gobernados. En realidad, ellos nunca gobernaron, sino que buscan excusas que les permitan sobrellevar su mandato, y eso alimenta temores sobre el futuro inmediato de la provincia y el municipio.
Norman Robson para Gualeguay21