Crisis en el Cementerio: Descubren cuerpo sin cajón

Días pasados, cuando una familia fue a abrir su nicho en el Cementerio municipal, descubrió, dentro del mismo, un cuerpo desconocido, sin cajón alguno, en condiciones que despertaron dudas y sospechas sobre lo que habría ocurrido en esa última morada pública. Los detalles del hecho despiertan todo tipo de interrogantes, los que van desde sinples irregularidades administrativas hasta espeluznantes operaciones.

Todo comenzó cuando una familia tuvo que abrir su nicho y se encontró con que, dentro del mismo, había un cuerpo ajeno a su familia, sin ataúd, en estado de descomposición, y con la cabeza y los pies cubiertos por una bolsa de polietileno. Al intervenir la administración del lugar, como había una placa junto al cuerpo desconocido, se estimó que se trataba de un cuerpo que debía estar en otro nicho, y, al ser éste abierto, efectivamente, se verificó que allí faltaba un cuerpo.

En síntesis, en un nicho se encontró un cuerpo de más, y, en otro nicho, se determinó que faltaba uno.

Cabe señalar que, según los registros, el nicho donde se encontró el cuerpo había sido abierto por última vez en el 2002, mientras que el otro nicho, donde faltaba un cuerpo, había sido abierto por última vez en el 2001. O sea que, en las últimas dos décadas, algo pasó en ese cementerio. Por otro lado, el cuerpo encontrado debería ser peritado para tener una idea de cuándo murió, mientras que se sabe que el cuerpo faltante fue inhumado en 1964, hace 59 años.

Si bien los hechos están en conocimiento de la Justicia, a ciencia cierta se desconoce la identidad del cuerpo encontrado, y, hasta tanto no se realicen las pruebas correspondientes, no se sabrá si es el faltante en el otro nicho. Conociendo los tiempos de la Justicia, y el empeño que ésta le pone a las investigaciones, difícilmente se sepa algún día la verdad.

Hasta acá lo que se sabe.

Ahora bien, más allá de eso, el hecho despierta muchas dudas y blande un manto de sospechas sobre lo que estaría ocurriendo dentro del cementerio municipal.

Por un lado, lo ocurrido lleva a dudar sobre que alguien sepa, con certeza, el contenido de cada nicho, a la vez que nadie puede descartar que allí no haya cuerpos “escondidos” de desaparecidos acá o en otras partes. Por otro lado, lo ocurrido sugiere que puede haber un grupo de gente haciendo movimientos de cuerpos “en negro”, sin registro o control alguno, lo cual invita a sospechar sobre que otras maniobras puede estar haciendo ese supuesto grupo.

De este modo, y más allá que se concluya que el cuerpo encontrado en un nicho es el cuerpo faltante en otro, no quedan dudas de que, desde hace mucho tiempo, en ese lugar no se hacen las cosas como corresponden. La falta de orden y control redunda en una falta de respeto hacia los deudos, quienes confiaron en el Estado, y éste los defraudó. Se trata de una falla algo más grave que el robo de bronces, o la venta de drogas, que confirma la necesidad de contar con un efectivo policial dentro de ese predio.

Norman Robson para Gualeguay21