Desde las tierras de Gengis Kan hasta el Río de La Plata

Días pasados tuve la suerte de conocer a Sanaser Sodnomdorj, un mongol que se propuso hacer lo que esté a su alcance para incorporar su país al mundo. Si bien ese desafío resulta apoteósico, el hombre tiene con qué lograrlo: sendos doctorados en Harvard y un enorme compromiso con su patria. Nacido en las tierras de Gengis Kan, Senaser profesa un gran amor por la historia de su país, a la vez que cultiva los valores propios de las culturas milenarias. Un embajador de excelencia para Mongolia.
Senaser tiene 42 años, es casado y padre de un niño. Desde un principio se mostró interesado en ayudar a su país a ingresar al mundo, y, para ello, se formó en economía y en política en la Universidad de Harvard. Su misión fue clara desde un principio: Colaborar en la inserción de Mongolia en el mundo, aprovechando la globalización para potenciar los vínculos interpersonales entre su país y otros.
Al confesarle que de Mongolia solo conocía la historia de Gengis Kan, no tardó en aclarar que aquel guerrero es un prócer en su patria, ya que fue quien unificó a las tribus nómadas, todas de distintas creencias, para fundar el imperio mongol, el más grande de la historia, y convertirse en su primer Gran Kan del imperio .
Es que Mongolia es muy grande. Se trata de un país del centro de Asia emplazado entre dos gigantes: Rusia y China. Son 1,5 millones de kilómetros cuadrados sin salida al mar, un tercio, al sur, sobre el desierto de Kobe, y los dos restantes, al norte, de una geografía esteparia y montañosa plena de grandes mesetas. En ella conviven apenas 3,3 millones de personas, en la menor densidad poblacional del mundo: 2 habitantes por kilómetro cuadrado.
Allí es donde nació y se crió Senaser, y, con once años, vio como su patria salía del comunismo, en 1992, y se convertía en un país democrático, parlamentario y capitalista, gracias a una economía liberal fundada en la producción de minerales, principalmente petróleo, carbón y cobre, y en una actividad pecuaria extensiva en base a sus 70 millones de cabezas vacunas, ovinas, caprinas, equinas y camélidas.
Este joven brillante, desde su juventud, se interesó por ayudar a Mongolia. Mientras estuvo en Harvard, insistió siempre en invitar a cuanto extranjero encontró en su camino a conocer un mercado emergente ávido de estrechar vínculos con el mundo.
Senaser llega a la Argentina de la mano de Alejandro Piri, de frigorífico La Morena, a quien conoció cuando el empresario cárnico viajó a Mongolia en el año 2019. Los dos contaron en el programa Perfil, de Richard Manzor, que, entre ambos, buscan potenciar los convenios existentes entre Mongolia y Argentina, por los cuales, por ejemplo, a los ciudadanos de un país no se les requiere visa para entrar al otro, y se lo proponen con una ONG binacional de entendimiento mutuo.
Esta visita dejó mucho más para contar, desde lo cultural hasta lo social y económico, pero, sin lugar a dudas, la oportunidad se repetirá en el futuro para seguir estrechando y consolidando esta incipiente hermandad argentino mongol.
Norman Robson para Gualeguay21