Detenido por extorsionar a su propia víctima

Al levantarse temprano se encuentra con el disgusto de haber sido visitado por amigos de lo ajeno, al observar que le habían roto el vidrio de la ventanilla delantera izquierda, para abrir el rodado, revisar su interior sustrayéndole un GPS, un pen drive y la radio base que es tan indispensable en sus labores diarias, además de algunos documentos personales. 
Angustiado con lo sucedido, no bajo los brazos, por el contrario siguió trabajando para su sustento diario, pero la gran sorpresa se lleva cuando luego de unos días, comienza a recibir mensajes de texto a su teléfono celular, en los cuales socarronamente le solicitaban dinero a cambio de devolverle los efectos robados.                                   
Por fortuna este vecino tomo la decisión acertada de darle intervención a su policía, fundamentalmente porque sospechaba que alguien que lo conocía estaba detrás del episodio delictivo, en razón que tenía su número particular de telefonía celular.  Es allí donde comienza el trabajo profesional del personal de la División Investigaciones, donde con conocimiento de la fiscalía, se planifica una estrategia de legal junto al damnificado, logrando concretar una cita con el anónimo -hasta el momento- delincuente.
La avaricia delictiva del malviviente lo llevó a concretar una cita en la plazoleta del Barrio Rocamora, es por ello que se tendieron las redes intangibles policiales sin que levantaran sospecha que se estaba tras los pasos del malhechor; todo estaba diagramado para su aprehensión, pero la perspicacia del bandido, hizo fracasar el primer intento de captura, que si bien se pudo identificar a la distancia a un viejo pero joven conocido ladrón -Guille (20) quién ya cuenta con reiterados ingresos a la Jefatura por delitos contra la propiedad, teniendo en su haber cuentas pendientes con la justicia local-, se prefirió seguir adelante con el juego planeado con la finalidad de colectar mayores pruebas en su contra y tratar de recuperar los efectos denunciados como sustraídos, en razón que luego de una charla entre la víctima y el maleante -a esta altura en su nuevo rol de extorsionador- no se llegó a ningún acuerdo ya que  no  poseía  los elementos  que el mismo había robado, por lo que se levanta el operativo encubierto pasando a cuarto intermedio.
Pero como siempre la maldad a los pocos minutos vuelve a resurgir, puesto que el damnificado  vuelve  a recibir  una nueva comunicación, donde le daba instrucciones que le enviara la plata en un Remis, a la esquina de calles Jujuy y Salta, donde se llevaría a cabo la transacción ilegal; encuentro que fue nefasto a las aspiraciones del caco, porque al acercarse al “Remis”, a pesar de tomar  rápidamente  el dinero solicitado, tirando una bolsa de nylon en su interior, en la cual  supuestamente se hallaba parte de lo robado, es sorprendido por los hasta ahí invisibles funcionarios de civil, que a pesar de identificarse como tales mediante la voz de “ Alto Policía”, el malandrín fiel a su costumbre de escaparse rápido de la escena delictiva, fue rodeado ofreciendo una feroz resistencia, pero a través de la fuerza física necesaria fue reducido y posteriormente trasladado a la Jefatura de Policía.
Otra asombro del procedimiento surgió cuando al revisar la bolsa arrojada por el reo al momento del intercambio, en el interior solo había un montón de papeles de diario recortados, lo que habla a las claras de la condición de vida antisocial de este indeseado personaje, ya que lejos de conformarse con el robo, pretendía seguir estafando a Ricardo, con el cual a la postre se puede develar que ambos se conocían, por una cuestión de índole sentimental entre éste y la progenitora del detenido.
Lo concreto que el plan maléfico trazado por “Guille”, finalizó con él en el lugar donde mejor puede estar, tras las conocidas rejas que suelen albergarlo cuando despunta su vicio de apoderarse de lo que no es suyo.-
Jefatura Departamental Gualeguay