Deuda interna gualeya: lo que nadie resolvió en 22 años del nuevo siglo
En lo que va del nuevo milenio, la ciudad de Gualeguay ha quedado, sino retrazada, por lo menos estancada. Sin distinción de colores, los distintos gobiernos no han acertado en acciones que la hagan crecer y la proyecten hacia el futuro. Hoy, Gualeguay está postergada en casi todos sus aspectos, mientras sus vecinos, desconcertados, cayeron en una silenciosa resignación. Esta realidad espanta a sus hijos, quienes huyen en busca de un mejor porvenir, agravando la situación. Un repaso por los distintos aspectos de la ciudad expone la responsabilidad política de esta realidad, pues no se hizo lo que se debería haber hecho para que nada de esto pase.
Los deberes de un gobierno local son ordenar la convivencia y administrar los recursos con el objeto de impulsar el desarrollo integral de sus gobernados. Es decir que absolutamente todo lo común y, a veces, algo de lo individual, es responsabilidad del gobierno de turno. Es por eso que debe preocuparse y ocuparse de que todos los vecinos accedan a todos sus derechos y garantías, sin excepción. Si es de su responsabilidad, debe ejecutar las soluciones, sino, debe arbitrarlas.
Lamentablemente, Gualeguay lleva muchas décadas sin gestiones que profesen este concepto de gobierno, lo que le valió no tener una identidad, ni un rol definidos, ni un proyecto de ciudad que sea rector de su gestión política, carencias que derivaron en esta situación de postergación.
Morfología de la ciudad
Gualeguay tiene una superficie de unos 100 kilómetros cuadrados, mientras que su casco urbano es 20 veces menor y alberga a más de la mitad de sus ciudadanos. Por otro lado, un tercio de la población total habita en la periferia, y el resto en su zona rural. Por otro lado, su población, hoy, de unos 45 mil habitantes, creció, en lo que va de este milenio, un 20 porciento.
Historia reciente
Desde el 2000, los hechos salientes fueron la construcción de la Defensa Costera, el desmoronamiento del Puente Pellegrini, la inundación de 2007, el Periurbano, la expropiación de Paso de Alonso, el crimen de Micaela, la desaparición de Benvenuto, el asfalto a Puerto Ruíz, y el incendio de Soychú. En este tiempo, gobernaron la ciudad los intendentes Héctor Jaime, José Jodor, Luis Erro, Federico Bogdan y Verónica Berisso, quienes duplicaron, en este lapso, la cantidad de personal. Por otro lado, las distintas reparticiones provinciales aumentaron sus dotaciones, menos la Policía, que la mantuvo.
Detalle de los aspectos
A continuación se detallan los distintos aspectos que denotan el estancamiento o retroceso de la ciudad, agrupados por sector de impacto:
Gobierno
– Se realizaron dos planes estratégicos que no se tradujeron en políticas públicas de algún tipo.
– La obra pública nunca resultó parte de una planificación estratégica en respuesta a las necesidades de la sociedad.
– Las decisiones de Estado siempre tuvieron más que ver con una demagogia en favor de un voto que con políticas que favorecieran el desarrollo general.
– Nunca se aplicó una política de comunicación pública que mantuviera informado a la ciudadanía.
– Nunca se aplicaron políticas que alentaran la participación ciudadana.
Sociedad
– Cayó la oferta de salud al cerrarse la Clínica, mientras que las camas de terapia intensiva se redujeron de unas 30 a apenas 11.
– Si bien se construyeron algo más de 300 viviendas, el déficit habitacional se mantuvo o creció. En General Galarza, una ciudad 10 veces más chica, se construyeron alrededor de 500.
– Creció el déficit energético, ya que la capacidad de provisión de electricidad y de gas llevan agotadas mucho tiempo.
– La educación nunca fue parte de alguna agenda en ninguno de sus niveles, ni en el dictado de contenidos, ni en las ausencia y abandonos.
– Nunca se intento convertir la ciudad hacia la inclusión, con plena accesibilidad en toda su disposición. Ni en instituciones, ni en comercios, ni en servicios, ni en la vía pública.
– Nunca hubo interés alguno en desarrollar la cultura pública local, fomentando la identidad y alentando el compromiso. Por ejemplo, la historia de Gualeguay del Prof. Vico lleva décadas agotada.
Servicios públicos
– La red de agua corriente, a pesar de vivir junto a un río, siguió abasteciéndose de las mismas bombas.
– La red de cloacas lleva años colapsada.
– La red vial, de asfalto, ripio o tierra, sucumbe cuando llueve.
– La red de desagües nunca se mantuvo debidamente, lonque se aprecia con cualquier precipitación, al grado de que en 2007, por una lluvia extraordinaria y por la falta de mantenimiento de los canales, se inundó la ciudad.
– No se modernizó el tratamiento de residuos. La recolección no se ha ampliado, y sigue sin clasificación, a pesar de haber contado con una moderna infraestructura para ello, mientras la disposición final se realiza en un gran basural a cielo abierto y otros muchos microbasurales dispersados por la ciudad.
– Cayó la oferta de un transporte público que atienda la demanda según los horarios industriales, comerciales y escolares.
– Cayó la calidad del servicio de remises. No hay control más que el recaudatorio, y, de noche, o los domingos, se dificulta acceder al servicio.
– Se retiró de la ciudad la oficina de Telecom, mientras no hay ninguna de las prestadoras de telefonía móvil.
Economía
– Cayó la oferta de empleo, ya que no se radicaron nuevas empresas, mientras que se rechazaron a varios interesados.
– Nunca se puso en marcha el parque industrial.
– Nunca se resolvieron las limitaciones energéticas, las cuales complican cualquier radicación industrial.
– Nunca se hizo nada por reactivar la fábrica de pastas, ni por terminar el edificio de Caseros y 1 de Mayo, ni por recuperar
– Aumentó la extracción de dinero a través de supermercados de cadenas, chinos, y los dos casinos.
– Se encareció la cadena de comercialización. Distribuidores oficiales de grandes marcas dejaron la ciudad.
Turismo
– Se condenó injustamente al río como contaminado y se abandonaron el balneario municipal y su camping municipal, únicos en la ciudad.
– Nunca se concretaron los proyectos del autódromo y las termas.
– No se aprovecharon ninguna de las 3 reservas naturales municipales sobre la costa del río Gualeguay, inaccesibles por tierra.
– Se alentó la inversión en cabañas para alojamiento turístico, pero no hubo políticas que impulsarán la actividad, y hoy están cerradas o afectadas al alquiler convencional.
Medioambiente
– Se convirtieron en un sello de la ciudad los olores emanados por sus industrias, sus granjas, sus basurales y sus cloacas.
– Nunca nadie se interesó en la depredación de los recursos, ya que siguen sin solución alguna tanto la extracción arenera como la pesquera.
Convivencia
– Se ha hecho común el irrespeto por todas las normas de tránsito y convivencia en los espacios comunes que comparten los ciudadanos.
– La urbanización se da en un absoluto desorden, sin que se controlen las normas de ordenamiento.
– La producción, el comercio y la prestación de servicios se realizan sin que se controlen las normas de ordenamiento, salvo cuando significan recaudación.
– Han crecido, significativamente, los consumos problemáticos, potenciando así la delincuencia infanto juvenil y la inseguridad en general.
– Se inventó una cartera exclusiva para las adicciones y la convivencia, con un abultado presupuesto, que nunca generó soluciones de algún tipo.
– Nadie se ha preocupado nunca por la calidad de la justicia imperante.
Política
– Desde el 2000 para acá, la oferta tradicional de la “vieja política” de fin de siglo, en la que convivían avezados dirigentes de uno y otro sector, se sumaron, bajo el sello justicialista, nuevos cuadros, mientras que, en 2015, bajo una propuesta de cambio, llegó al poder una generación de outsiders, embuidos de bondad y buenas intenciones, pero sin una formación política sólida.
– La nueva política, conformada por híbridos políticos, ante su frustración de no saber qué hacer, adoptaron los mismos vicios y miserias que cultivara la vieja política.
Conclusión
– Sin lugar a dudas, a la realidad presente de Gualeguay es resultado de una política practicada, a lo largo de estos últimos 22 años, por una dirigencia que no supo, no pudo, o no quiso, hacer lo que se debía hacer.
– Desde el 2000 para adelante, el factor común en todo el espectro político local, salvo escasas excepciones, es la falta de compromiso y el interés personal.
– Hoy no se conocen cuadros extraordinarios comprometidos con la comunidad, a la vez que la sociedad ya busca un lider, o mago, que pueda hacer aquello que nadie hizo. Nadie entiende que este nuevo presente exige construcciones colectivas, desinteresadas y comprometidas.
Desafío
A un año y medio de las próximas elecciones, la carrera por.el 2023 ya empezó. El desafío de la sociedad gualeya es generar una alternativa diferente a la de siempre. Caso contrario, terminará eligiendo entre más de lo mismo.
Norman Robson para Gualeguay21